BARRAS BRAVAS: “MAL EJEMPLO DEL GOBIERNO Y FALTA DE AUTORIDAD ALIMENTA LA VIOLENCIA”
El general Alberto Jordán señala que el asesinato de los tres barristas muestra la crítica situación de inseguridad en que vivimos, alimentada por la impunidad, la incontrolable migración de venezolanos y el reiterado discurso de victimización del gobernante
¿Qué ha hecho el Gobierno frente a los tres muertos, acaso se ha pronunciado o el ministro del Interior ha dado una explicación?
El general PNP (r ) Alberto Jordán Brignole responsabilizó al Gobierno por el incremento de la inseguridad que se vive en el país, cuya máxima expresión es el asesinato el último domingo de tres integrantes de una barra deportiva en el céntrico distrito de Jesús María, “hecho de sangre que muestra la crítica situación en la que nos encontramos por la pérdida del principio de autoridad a todo nivel”.
Esta situación está llevando al país al caos y al desorden. Pero ¿Qué ha hecho el Gobierno frente a los tres muertos, acaso se ha pronunciado o el ministro del Interior ha dado una explicación? Se pregunta al enfatizar que para ellos estas tres vidas no valen nada.
Al recordar que él es autor de un proyecto que precisamente trata sobre las ‘barras bravas’ y la violencia en general, el exjefe policial añadió que hoy día, los jóvenes reciben desde las más altas esferas del poder “el mensaje de impunidad de un Presidente que tiene siete carpetas fiscales, y no pasa nada”.
Policía identificó al asesino de los tres barristas en Jesús María
En declaraciones a Guik.pe, Jordán señaló con énfasis que el Gobierno no puede poner orden porque no tiene autoridad moral; “porque el propio mandatario critica en calles y plazas al Poder Judicial, al Ministerio Público, a la Policía y el Ejército” cuando se siente criticado o susceptible a ser investigado.
Para Jordán no se debe dejar pasar por alto los mensajes de victimización redundantes del Presidente en todos lugares donde se presente, mensaje que lo asumen los delincuentes para justificarse. Ellos dicen que roban “por hambre, porque su madre o sus hijos están enfermos, como ocurre también con los mendigos que recitan dramas familiares a cambio de una propina”.
El panorama se completa con la grave y peligrosa política migratoria frente a la cual el régimen es indiferente, mientras continúan ingresando por las fronteras nacionales venezolanos de amplio prontuario criminal que una vez en el país conforman bandas con criminales peruanos.
El mal ejemplo del Gobierno abre las puertas a la impunidad, porque los delincuentes dicen ‘si al Presidente ni a los funcionarios no les pasa nada
Jordán es muy crítico al denunciar que no existe ningún control frente al ingreso ilegal de extranjeros, y que en el caso de Venezuela, su gobierno no envía a las autoridades peruanas los antecedentes de esos individuos autores de execrables delitos. “Es decir, el delito y la corrupción se han extendido y en ella caen incluso algunos de los encargados de hacer justicia”.
“El mal ejemplo del Gobierno abre las puertas a la impunidad, porque los delincuentes dicen ‘si al Presidente ni a los funcionarios no les pasa nada, a nosotros tampoco nos pasará nada’. Entonces tienen licencia para actuar, para matar, realizar actos vandálicos y asaltos; esto es por la falta de autoridad”, refiere.
Proyecto “barras bravas”
En otro momento de sus declaraciones telefónicas a este medio digital, Jordán Brignole recuerda que el proyecto en mención lo presentó hace diez años a ese entonces su comando de la Séptima Región de la Policía Nacional, para potenciar la operatividad de policía sin capacidad para atender la seguridad en los estadios cuando hay encuentros de “alto voltaje”, como puede ser un partido entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, por ejemplo.
Para controlar un partido de estas características la policía debe movilizar o poner en alerta a no menos de 3 mil agentes, porque aparte del control dentro de los estadios, deben vigilar los lugares por donde se desplazan los barristas,
En este sentido hace referencia al Código Procesal Penal que le da facultades a la PNP sobre el control de identidad de las personas, la videovigilancia, presupuesto, pesquisas, retenciones o cuando se puede detener o registrar a una persona.
El Proyecto planteado por Jordán consiste en instalar cámaras en el interior y exterior de los estadios, por donde se desplazan las barras, y auxiliarse con los sistemas de vigilancia electrónicos de las municipalidades, imágenes que sirvan para captar los rostros, el gesto y la expresión corporal de los asistentes.
Es decir, todas las personas que ingresan en el estadio deben presentar su DNI y ser chequeados mediante el lector de barras, previo a que diga con qué equipo simpatiza. “Así se va confeccionando una base de datos de los hinchas, para que puedan ser identificados desde las cámaras ante cualquier alteración del orden, y así identificar a los autores de los hechos”, refriere.
En las calles, pueden ser identificados con las cámaras de los municipios, por ejemplo, el autor o autores de las últimas tres muertes. Esto está a cargo de la DIRINCRI encargada de analizar e identificar para luego proceder a las capturas.
El exjefe PNP tiene claro que en la formación de pandillas tiene que ver mucho la desintegración familiar, como la falta de oportunidades y la indiferencia del Estado que no se preocupa de la familia y el mal ejemplo que dan muchas de las autoridades. “El Estado debe velar por la familia y la educación y posibilitar oportunidades, pero este Gobierno no les da oportunidades”.
La Séptima Política de Estado
En este sentido recuerda que la Séptima Política de Estado, elaborada 2002 tiene por objetivo erradicar la violencia, el fortalecimiento del civismo y la seguridad ciudadana, pero han pasado 20 años y no se ha hecho nada. “No hay un mea culpa. Este Gobierno no ha hecho nada, no hay patrulleros ni patrullaje; no hay política pública de seguridad ciudadana, y la actual administración ni siquiera ha tocado esta propuesta.”
En ella se prioriza la necesidad de proporcionar a todo el personal policial, los elementos básicos y fundamentales para que puedan realizar sus actividades propias al servicio de la sociedad, mediante conocimientos técnicos que les son indispensables para prevenir la comisión de delitos y faltas.
Hay que tener en cuenta que la razón de ser de la Policía Nacional del Perú es proteger la vida y bienes de las personas, evitando la comisión de delitos y faltas; consecuentemente, el aspecto preventivo cobra una real valía por cuanto su accionar está dirigido a evitar la iniciación de un hecho delictuoso.
“La aplicación de estas propuestas hubiesen evitado la crisis de inseguridad que afecta a todos los peruanos. No es posible que la policía tenga una central 105 obsoleta, que tenga 120 cámaras y 70 de ellas están malogradas. Si no fuese por los municipios distritales que han instalado sistemas de videovigilancia, el caos sería peor”.
