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WIPHALA: LA HERRAMENTA IDEOLÓGICA

La bandera que defienden los izquierdistas no es herencia del Tawantinsuyo, y recién fue creada en 1973 por el propietario de una emisora cusqueña, Raúl Montesinos Espejo. Antropóloga Julia Schbauer afirma que ni en el imperio incaico ni en las culturas preincaicas se utilizaron banderas distintivas por cada etnia al estilo europeo

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uno de los  grandes problemas de este país son los acomplejados que por cualquier cosa hablan de racismo. Solo falta que a quienes se tiñen el pelo les digan racistas

Que el congresista Juan Carlos Lizarzaburu haya dicho que la bandera wiphala parezca “un mantel de chifa”, abre un debate en el que algunos desinformados tratan de darle una connotación hasta de segregación racial. Los que aluden a ese “desprecio étnico”, están desinformados porque el emblema de los 49 cuadros diagonales con los colores del arcoíris, no es herencia del Tawantinsuyo.
El tema ha sido investigado y estudiados por muchos historiadores que han llegado a la conclusión que la wiphala fue creada en 1973 por Raúl Montesinos Espejo para celebrar el noveno aniversario de su emisora, radio Tawantinsuyo, uno de los medios de más llegada en su época, en la Ciudad Imperial y el sur del país.
Lizarzaburu calificó a la wiphala como “’mantel de chifa’ que fue adoptado por resentidos sociales bolivianos”, para en seguida preguntarse: ¿racismo? “No, uno de los  grandes problemas de este país son los acomplejados que por cualquier cosa hablan de racismo. Solo falta que a quienes se tiñen el pelo les digan racistas”, espetó.
El historiador e investigador cusqueño José Tamayo Herrera escribió que la creación de la bandera del Cusco “corresponde a la corriente ideológica nativista, que brota de la mentalidad cusqueña y que se conoce como “Incaísmo” o Incanismo”, y añade que la presunta bandera del Tawantinsuyu, es obra de los últimos 33 años de la historia del Cusco”.
“Es la creación de un signo o símbolo moderno, mejor diríamos contemporáneo, de identidad de los cusqueños, de la ‘Segunda Modernización’ del Cusco en el siglo XX, y surgido en último tercio del siglo anterior”.
Recuerda que en quechua cusqueño, inca, la palabra “wiphala” significa pañuelo, pañoleta, pañolón y de ninguna manera bandera. Además en otra acepción común, alude a una danza indígena que se realiza dando vueltas, alborozadamente, agitando pañuelos y pañoletas, en señal de albricias.

 

“…sirve como herramienta de utilización ideológica y política…”

 

Julia Schabauer Ontaneda, arqueóloga, escritora y bloguera, en un artículo muy informado (que hace algunos días publicó Guik.pe) dice: “Ni en el imperio incaico ni en las culturas preincaicas se utilizaron banderas distintivas por cada etnia al estilo europeo. No hay de ellos evidencia material o documento que pruebe la existencia de esta mencionada bandera”.
Agregó que lo que usaba el Sapa Inca (rey inca) era un estandarte o emblema que representaba el poder imperial y la figura del inca como soberano, más no para identificar al imperio incaico como una nación.
“La creación de la bandera del Tawantinsuyo se remonta  a los años 70 del siglo pasado cuando Raúl Montesino Espejo propuso la creación de la bandera cusqueña adjudicándola al Imperio Incaico. Este periodista de Radio Tawantinsuyo nunca mostró las evidencias necesarias. A pesar de ello la Municipalidad Provincial del Cusco la adoptó como bandera oficial con la venia irresponsable de su regidor de Cultura”.
En su escrito, que fue compartido por ciento de seguidores de este medio digital, agrega que “hoy en día se toma esa falsa bandera como símbolo de los pueblos prehispánicos (de los que por cierto no queda ni uno) y sirve como herramienta de utilización ideológica y política”.

 

¿Desinformación o manipulación de la historia?

Las críticas de Juan Carlos Lizarzaburu a la bandera multicolor que según sus defensores representa a los pueblos originarios del Tawantinsuyo que habitan entre Perú Bolivia, generó reacciones subido de tono de muchos legisladores de izquierda que vieron en la frase del parlamentario “la arrogancia de la derecha y su desprecio histórico a los pueblos originarios”.
Legisladores como Guido Bellido y Sigrid Bazán se encendieron más cuando el representante de Fuerza Popular señaló desde su escaño: “Nosotros, los que nacemos en esta tierra, somos originarios del Perú, amamos a nuestra bandera y pagamos nuestros impuestos. Déjense de hablar de originarios y la bandera del Tawantinsuyo, que fue una bandera que ganó un concurso radial en radio Tawantinsuyo, hace décadas atrás”.
La representación de izquierda, por desconocimiento de la historia, reaccionó y conminó a Lizarzaburu a retirar sus “palabras ofensivas”. Un colérico Guido Bellido levantó la voz para decir “tomamos nota de esta ofensa”, mirando fijamente al autor de la frase.

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