En su informe semestral de Perspectivas publicado el pasado miércoles (4.12.2024), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) subraya la resiliencia de la economía global y pone el acento en que la caída de la inflación ha permitido que aumente el gasto de los particulares y una rebaja de tipos, que han compensado las incertidumbres por la situación geopolítica global.
La OCDE eleva ligeramente sus previsiones de crecimiento para 2025, al 3,3 %, tras el 3,2 % en 2024, pero teme el impacto de conflictos geopolíticos y el aumento de las tensiones comerciales.
Las cifras son bastante contrastadas incluso dentro de los países desarrollados, entre los que destaca el comportamiento de Estados Unidos, con un crecimiento «sólido», que se espera del 2,8 % este año y del 2,4 %.
La otra cara de la moneda en la OCDE es Japón, por un lado, y por otro Europa, con una progresión limitada al 0,9 % este año en Reino Unido (1,7 % en 2025) y en la zona euro, donde el alza será de sólo el 0,8 % en 2024 y del 1,3 % en 2025.
La zona euro en su conjunto está lastrada por los que son sus tres grandes motores, Alemania (0 % en 2024 y 0,7 % en 2025), Francia (1,1 % en 2024 y 0,9 % en 2025) e Italia (0,5 % en 2024 y 0,9 % en 2025), cuya evolución a su vez contrasta enormemente con la de España.
De acuerdo con las previsiones de la OCDE, el PIB español subirá un 3 % este año, y será el segundo más elevado de todos los Estados miembros, sólo por detrás del de Turquía (3,5 %), que en muchos aspectos tiene un comportamiento muy parecido al de una potencia emergente.
De hecho, las diferencias son igualmente notables entre las grandes potencias emergentes, con dos gigantes que tiran del carro, que son China (4,9 % en 2024 y 4,7 % en 2025) e India (6,8 % y 6,9 %, respectivamente), otras que siguen de cerca, como Brasil (3,2 % y 2,3 %) y algunas que se quedan mucho más atrás como México (1,4 % y 1,2 %).
Aunque no lo nombran explícitamente, los autores del informe se refieren de forma implícita a la próxima presidencia de Donald Trump por su voluntad declarada de un endurecimiento radical de la política comercial estadounidense con un aumento de los aranceles a diestra y siniestra: de China a sus aliados europeos pasando por sus socios y vecinos México y Canadá.
Ve ligera mejora en Latinoamérica, insuficiente para subir nivel de vida
La OCDE ve signos de una «ligera mejora» en el crecimiento económico de las principales economías abiertas de Latinoamérica, pero que en todo caso será «insuficiente» para elevar de forma significativa el nivel de vida de sus poblaciones.
Al presentar su informe semestral de Perspectivas, la OCDE publicó un capítulo dedicado a Latinoamérica en el que subraya que, con su crecimiento potencial tan bajo, la región no va a converger con los países más avanzados en PIB per cápita.
En conjunto, en los siete países analizados en este capítulo (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Perú) el PIB subirá de media un 1,7 %, lo mismo que el conocido como ‘club del mundo desarrollado’ que es la OCDE, y muy por debajo que la economía global (3,2 %).
OCDE pronostica recuperación económica para Argentina
La cifra será algo superior tanto en 2025 (2,2 %) como en 2026 (2,1 %) y la principal razón será que Argentina va a salir por fin de la profunda recesión que ha estado atravesando, ya que después del descenso del 3,8 % esperado en 2024, recuperará un 3,6 % el año próximo y un 3,8 % el siguiente.
Un elemento positivo en la región es que la inflación se está moderando en la mayor parte de esos países, lo que ha permitido una caída de tipos de interés, aunque en Brasil el repunte de los precios ha llevado al banco central a subirlos recientemente.
Pero al mismo tiempo, hay una serie de riesgos, empezando por los externos derivados de las tensiones geopolíticas y comerciales, en particular ante el posible aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos, con el que ha amenazado de forma profusa Donald Trump una vez que retorne al poder, el 20 de enero.
En el plano doméstico, los riesgos a los que se enfrentan derivan principalmente del elevado déficit de las cuentas públicas y del creciente nivel de deuda con su carga de intereses, que se ha agravado en casi todos los países.
La OCDE señala que la mayoría de ellos están actualmente retrasados respecto a las metas fiscales que se habían fijado para 2024, por lo que considera «urgente»tomar medidas de ajuste.
Desde una perspectiva más amplia, el gran reto para la región sigue siendo aumentar el crecimiento a largo plazo, lo que exige fortalecer la inversión y acelerar la productividad con mejoras del ambiente empresarial y mayor competencia.
A ese último aspecto, los autores del informe recuerdan que Latinoamérica, si se compara con la media de la OCDE, va por detrás y debe reducir barreras regulatorias en sectores clave como las industrias de red (electricidad, transportes, telecomunicaciones) y servicios de forma que atraiga más inversiones.
Otras reformas prioritarias tienen que ser reducir la carga administrativa y los costos de entrada para las empresas y para eso un paso es simplificar la constitución de compañías mediante las llamadas ventanillas únicas desde las que hacer todos los trámites en línea y de una sola vez.
La OCDE también hace hincapié en que los grandes recursos en energías renovables que ofrece Latinoamérica y su posición favorable para alojar actividad de externalización de proximidad, en particular desde Estados Unidos, le ofrecen «oportunidades únicas».
También cree que las inversiones en infraestructuras sostenibles y en industrias verdes podrían «convertir a la región en un líder de sostenibilidad»,pero a condición de actuar «ahora».