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OPINIÓN/ Empate técnico en Ecuador

NO ATRACO

Por: Elmer Barrio de Mendoza

A comprar canchita y a sacar lecciones

Sorpresas te da la vida. Cuando todo hacía presumir, sobre todo las encuestas a boca de urna (exit poll), que Daniel Noboa ganaba fácil la primera vuelta electoral en Ecuador, Luisa González, la candidata auspiciada por Rafael Correa, se colocó a menos de un punto del actual presidente y habrá segunda vuelta, sin favorito visible.

Dice un refrán que caballo que alcanza, gana. Creo que esa es la sensación principal de hoy en el país del norte.

Pero no nos toca a nosotros hacer de arúspices. Sí nos toca, sacar lección. Si bien el correísmo nunca dejó de ser fuerte, daba la impresión de que Noboa las tenía todas consigo, así que propongo que veamos qué factores han intervenido en este tránsito de victoria casi segura a empate con sabor a derrota.

EL CRIMEN ORGANIZADO

La delincuencia en Ecuador está, como en el Perú, soportada en economías criminales, en especial el narcotráfico y su necesidad de control del litoral y de los puertos. No se trata sólo del lumpen, se trata de grandes movimientos de capitales, que se requiere para financiar la operación delictiva.

Por otro lado, el desarrollo de las economías criminales va generando un. proceso de inserción social a todo nivel, que en un momento deja de ser inserción para convertirse en incrustación. Estamos hablando de empresarios, políticos y, por supuesto, de bandas y pandillas. Detrás de ellos, personas dependientes de la vigencia de esa gran operación criminal. No entenderlo es autocondenarse.

Cuando se alcanza este nivel la erradicación de la delincuencia demanda cirugía radical y no sólo atención farmacológica. La experiencia de El Salvador no debería ser objeto de pros ni de antis, debería ser simplemente aleccionadora.

¿Qué tiene esto que ver con el voto en Ecuador? Varias cosas. Primero, los votantes asociados directamente a las economías criminales probablemente voten por quien les de mejores garantías de que sus ingresos no serán amenazados. Segundo, las economías criminales son tan poderosas que infiltran la política y colocan a sus candidatos y autoridades. Tercero, que eventualmente se tejen alianzas entre fuerzas políticas importantes y las economías criminales.

¿Estamos de acuerdo en esto?

EL DESTINO MANIFIESTO

Otro factor de giro es el efecto Trump. El nuevo presidente de EUA ha entrado al gobierno como elefante en cristalería. En particular, su política exterior es aun más agresiva de lo que se esperaba. Salvo por el conflicto Rusia-OTAN en Ucrania, no parecemos acercarnos a escenarios de paz sino a otros de mayor conflicto.

Make America great again (MAGA) ya quedó atrás, ahora Trump habla del Destino Manifiesto, que enarbolaron desde Monroe, aunque explícitamente desde Lincoln, hasta Wilson durante un siglo. Trump ha resucitado ese discurso anacrónico que, grosso modo, sostiene que si un Estado es exitoso tiene derecho a exportar su éxito a otros territorios por la divina providencia. Algo muy similar a la Misión Civilizadora de la Raza Blanca del siglo XVI y XVII.

De este modo, Trump ha “negociado” con Panamá por el control en la sombra del Canal y con México para detener la inmigración latina y, ahora sabemos, para obtener la apertura para los productos agrícolas transgénicos. También ha aplicado aranceles adicionales a China y ha dejado en suspenso un incremento mayor a México y Canadá.

Igual ha amenazado a la Unión Europea y todo indica que intentará hacerse con el Nord Stream en su paquete negociador.

También quiere convertir a Gaza en un complejo de resorts o algo así. Todo con la pata en alto.
Estoy seguro de que, detrás de esto hay mucho marketing. Felipe Ortiz de Zevallos ha dicho literalmente que “Trump es un genio, un poco malévolo, del marketing”. No estoy seguro de que eso sea verdad, pero sí lo estoy de que esa presunta genialidad puede funcionar muy bien en EUA, pero que puede ser totalmente contraproducente fuera.

¿Qué tiene que ver esto con el voto en Ecuador? Bueno pues, que América Latina no está contenta con las intenciones, ni con los modales, de Trump y que parte del electorado ecuatoriano ha preferido la opción que identifica nacionalista.

EL RETORNO DE LA IRA

Noboa, casi desde el principio de su gobierno complementario, se enfrentó con su vicepresidente, Verónica Abad, y eso nunca se resolvió. La Constitución ecuatoriana exige que el/la presidente que postula a la reelección debe pedir licencia durante la campaña y encargar la presidencia a su vicepresidente. Noboa violó la Constitución sin duda, aunque las instituciones electorales hayan encontrado justificación aparente. Esto debe haber molestado a no poca gente.

Noboa tenía una popularidad del 45% antes de las elecciones y todas las encuestas previas lo daban ganador, también la boca de urna. Obviamente hubo voto oculto, que refleja ira contenida.

Ecuador tuvo la menor inflación de Sudamérica en 2024. Noboa logró algunos éxitos contra la delincuencia. Pero no fueron notables como los de Bukele. La violación de la norma constitucional lo puso en plan de Goliat… y a González en el de David. El despertar de los nacionalismos también es normal.

Junten todos los factores aludidos y la mezcla puede dar cualquier resultado en la segunda vuelta. A comprar canchita y a sacar lecciones.

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