Los fondos serían destinados a ayuda humanitaria para los migrantes, anunció en Chile la funcionaria estadounidense, Uzra Zeya.
“Me complace anunciar más de 6 millones de dólares en ayuda humanitaria adicional para estas actividades en Chile”,
Estados Unidos comprometió 6 millones de dólares en ayuda humanitaria para migrantes, principalmente venezolanos, en Chile, anunció en Santiago este miércoles la subsecretaria de Estado para Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos, Uzra Zeya, quien visita Santiago.
“Me complace anunciar más de 6 millones de dólares en ayuda humanitaria adicional para estas actividades en Chile”, dijo en rueda de prensa.
Zeya explicó que este aporte forma un total de 26 millones de dólares en ayuda humanitaria por parte de Estados Unidos para venezolanos y otros migrantes vulnerables desde que comenzó la crisis del gobierno venezolano.
Desde finales de 2020, migrantes cruzan a pie la frontera con Perú y Bolivia, a más de 4.000 metros de altitud y con extremas temperaturas, para llegar hasta Chile donde buscan una mejor vida.
La mayoría de ellos llegan desde Venezuela hasta Chile, donde se han convertido desde 2019 en la mayor comunidad extranjera en el país con casi medio millón.
“Canalizados” por ACNUR
La asistencia está destinada a “consulta legal, servicio médico, refugio seguro, kits de higiene y elementos básicos como mantas y ropa de abrigo”, y a “ayudar a las generosas comunidades chilenas que albergaron a refugiados, demandantes de asilo y migrantes vulnerables”,explicó.
La subsecretaria estadounidense puntualizó que los fondos serán “canalizados”por ACNUR, y la Organización Internacional para la Migración (OIM).
Ambas instituciones “están haciendo un trabajo vital aquí en Chile en colaboración con el gobierno, organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro y comunidades a través de todo el país”, afirmó.
Solo en 2021, Estados Unidos ya entregó a Chile más de 9 millones de dólares en ayuda humanitaria destinada a la misma función.
El pasado 15 de abril Chile levantó el Estado de excepción que regía desde febrero en cuatro provincias del norte del país, principales puntos de acceso irregular que utilizan los migrantes para acceder a través del árido desierto de Atacama.
La dotación militar de apoyo desplegada durante la medida excepcional quedó en la zona en apoyo a la Policía.