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MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDA

Escribe:  Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

En nuestro país las primeras víctimas de esta agresión a la conciencia colectiva son, obviamente los peruanos menos informados,

Desde que Goebbels hizo dar la vuelta al mundo a su famosa frase “miente, miente que algo queda” ha corrido mucha agua bajo los puentes impulsada por quienes han desarrollado la desinformación y la mentira como una poderosa herramienta para conseguir sus objetivos políticos.
En nuestro país las primeras víctimas de esta agresión a la conciencia colectiva son, obviamente los peruanos menos informados, ese 7 por ciento que se calcula se encuentra fuera de la esfera de influencia de la televisión, las redes y aún de la radio ,que es fácil presa de la monserga comunista y que sin duda votó -o apoyó – por desinformación, por un sujeto como Pedro Castillo. Lo cual no excluye la descarnada manipulación existente en buena parte de los medios de comunicación.
Lo mismo ha venido ocurriendo, en otro plano, con el reciente debate que condujo a la destitución de sólo 2 de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) quienes, encabezados por el defenestrado Aldo Vásquez, le vendieron a un sector de la población el cuento de una inexistente persecución política para ocultar sus flagrantes violaciones constitucionales y legales y tinterillescas maniobras para aferrarse al poder y a los 35 mil soles mensuales que la JNJ les significa. Huelga decir que, en la votación final en el Congreso, fue una vez más visible el deplorable tráfico de votos que condujo a que la clara responsabilidad conjunta de los miembros de la JNJ se resolviera individualmente. Otra más de una institución donde priman la ignorancia y la corrupción.
Si en el Perú se usa  a Paolo Guerrero o a Christian Domínguez para distraer a la opinión pública de temas fundamentales mientras crece el desgobierno y la protesta, en el extranjero el tirano ruso Vladimir Putin ha convencido también a un número indeterminado de incautos que la sangrienta invasión de Ucrania – que lleva ya dos años y arroja unos 250 mil soldados muertos, además de miles de civiles – es sólo una “operación militar estratégica” para eliminar al gobierno nazi de ese país que resiste heroicamente el asalto genocida y totalitario del déspota, rechazado inclusive por un elevado número de rusos pese a que todos los medios de comunicación de ese país están copados por su régimen totalitario.
Umberto Eco tiene parcialmente la razón cuando afirma que las redes sociales constituyen “la invasión de los idiotas” pero, con su agudo sentido crítico olvidó mencionar que ese nuevo libertinaje de la incultura encierra también una tremenda manipulación de la información que multiplica muchas el alcance de la famosa afirmación de Goebbles.
(*) Presidente de Perú Acción
     Presidente del Consejo por la Paz

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