En el Perú la deformada “izquierda” es, de una u otra forma antisistema y tenemos que quitarle la careta
¿De que “izquierda” se habla cuando se hace referencia a la izquierda política en el Perú? La verdad es que el término izquierda se ha asociado en nuestro país a partidos que, como Perú Libre, profesan en forma declarada una ideología marxista leninista creyente en la lucha de clases o su derivado el marxismo cultural y la estatización de la economía y, en la variante caviar, son defensores fraudulentos de los Derechos Humanos y de la agenda “woke” -caviar norteamericano-que incluye la ideología de género y también la defensa indiscriminada de terroristas. Son efectivamente anti sistema democrático.
En ningún caso, han abandonado el marxismo leninismo como base trasnochada y retrogada de sus planteamientos totalitarios que financian, por cierto, con recursos del Estado, de la cooperación internacional y de otras fuentes oscuras porque ,como bien sabemos, la invertida moral marxista supedita a los supuestos intereses del proletariado cualquier acción política, social o económica que
pueda adoptar.
Ciertamente, no son parte de la social democracia que, a partir de la II Internacional Socialista y especialmente del Congreso de Bad Godesberg, abandona el totalitarismo marxista leninista, rechaza la vía de la violencia y adopta la ruta de la democracia y de una economía social de mercado que intenta conciliar la libertad del mercado con la justicia social y que, en consonancia con los liberales, rechaza a los monopolios y a los oligopolios.
La “izquierda” en el Perú viene a ser, recordando la obra de Libedinsky, una izquierda congelada, atrapada en tesis que emanan de la Revolución Industrial del siglo XIX cuando ya inclusive hemos sobrepasado las seis dimensiones de la Revolución Mundial magistralmente trazadas en el libro del mismo nombre publicado premonitoriamente por Manuel Seoane hace seis décadas.
No existe en el Perú ,por tanto, el juego y la posibilidad de la alternancia que puede percibirse en otros países donde, con variantes más o menos moderadas o radicales, la esencia se encuentra en el respeto por la democracia y la libertad de mercado.
En el Perú la deformada “izquierda” es, de una u otra forma antisistema y tenemos que quitarle la careta para que no se siga aprovechando de las libertades fundamentales de la democracia para destruirla.
Debemos abrir y consolidar el camino de una social democracia que realmente contribuya a consolidar el sistema democrático en el Perú.
(*) Presidente de Perú Acción Presidente del Consejo por la Paz