Al incumplir los tratados con Rusia, y bombardear el Dombás causando 14.000 muertos, Ucrania provocó el “casus belli”
Mucho se ha escrito en redes y han circulado informaciones sobre los ahora más de mil días de la operación militar rusa en Ucrania. Por supuesto que la gran mayoría de comentarios son realizados con el hígado, con odio, malinformados y rodeado con insultos, fruto de una ceguera ideológica y bombardeo propagandístico lava cerebros contra Rusia, que convierte a Ucrania en una víctima y a Zelenski como la madre Teresa de Calcuta.
Hay un antecedente remoto de la operación militar y otro actual. El primero es que, en la época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), para la reunificación alemana tanto el entonces presidente George Bush, como su secretario de estado, James Baker, le prometen al mandatario soviético Mijail Gorbachov, a no expandir la OTAN cerca de las fronteras rusas. Rompieron la promesa, y a finales de la década de los ´90 ingresaron República Checa, Hungría y Polonia y posteriormente trece países más.
Cabe mencionar que la OTAN se funda en 1949 contra lo que perciben la amenaza de la URSS de expansión del comunismo y en 1955 se constituye el Pacto de Varsovia, en respuesta a la creación de la OTAN, pero que se disuelve en 1991 por implosión de la URSS, razón por la cual, en mi opinión, al desaparecer la amenaza por la que se creó, la OTAN podía también disolverse. Si bien es cierto que se aduce que cada país era libre de afiliarse a una alianza militar, la OTAN podía reservarse el derecho de admisión, justificando su promesa a Rusia, pero la incumplió, lo que llevó a tensiones y conflictos.
Golpe de estado y violación de tratados
El segundo punto, que no se puede soslayar, es el golpe de estado contra el presidente ucraniano prorruso, Víctor Yanukovich, con intervención occidental (y que provocó la libre determinación del pueblo de Crimea de anexarse a Rusia) y la violación de los Acuerdos de Minsk I y Minsk II de Ucrania, en los que Kiev se comprometió a un alto al fuego, a respetar la lengua y la cultura rusa, amnistiar a los defensores del Dombás (Donetsk y Lugansk) y dar autonomía a esta región, dentro de Ucrania y que Rusia firmó.
El presidente Donald Trump puede evitar un conflicto nuclear
Es más, en el 2014, Rusia no reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, con la esperanza de que se logren acuerdos pacíficos y como era arar en el mar, recién lo hizo en abril de 2022. Al incumplir los tratados con Rusia, y bombardear el Dombás causando 14.000 muertos, Ucrania provocó el “casus belli”, lo que dejó sin efecto el Memorándum de Budapest de 1994, con respecto a su integridad territorial y la pérdida de facto del Dombás. Los llamados de Rusia a la comunidad internacional para que presione a Ucrania a que cese de matar ucranianos de lengua y cultura rusa, cayeron en saco roto.
Al respecto, la excanciller alemana, Ángela Merkel, dijo, hace poco más de un año, en una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, que los Acuerdos de Minsk, fueron un intento de ganar tiempo para armar a Ucrania frente a Rusia. Por su parte, el expresidente ucraniano Petro Porochenko dijo que esos tratados fueron hechos para no cumplirlos.
Rusia acaba de rechazar un intercambio de prisioneros porque Ucrania les pedía que devuelva solo los soldados de élite y no los recién reclutados que fueron hechos prisioneros o se rindieron.
Y cuando Ucrania movilizó el 17 de febrero de 2022 a miles de soldados y cientos de tanques -de acuerdo a imágenes satelitales- para atacar el Dombás y terminar de masacrar a su población, es cuando entra Rusia a tallar mediante la operación militar especial. Cabe puntualizar que la Constitución ucraniana estipula que no se puede utilizar a las FF. AA. contra su propia población.
Es necesario precisar que la población del Dombás vio a los militares rusos como un ejército libertador y esto lo experimenté cuando visité Lugandk, Donetsk y Mariúpol.
Al mes de iniciada la guerra, a instancias de Turquía y con beneplácito de la ONU, Rusia y Ucrania se reunieron en Estambul para parar el conflicto, cuando todo estaba listo para suscribir el acuerdo le pidieron a Rusia que retirara sus tropas que habían rodeado Kiev, como un acto de buena voluntad y Moscú las retiró, entretanto el entonces primer ministro británico Boris Johnson viajó a Kiev para convencerlos que continuaran la guerra y no se concertó el acuerdo. En extrañas circunstancias fue asesinado el negociador ucraniano Denis Kireev al día siguiente, por órdenes de Kiev, acusado de traición y espionaje a favor de Rusia.
Luego se realizó el Acuerdo de Exportación de Granos del Mar Negro en julio de 2022, que permitía la exportación de cereales ucranianos, pero un año después Rusia no lo renovó porque se saboteó el oleoducto de amoníaco Togliatti-Odesa, y Ucrania y Occidente no cumplieron que un banco ruso pudiera ingresar al sistema SWIFT y que Rusia pudiera comprar repuestos para maquinaria agrícola.
Líneas rojas traspasadas
Para tratar de causar una derrota estratégica a Rusia, la OTAN (compuesta por 32 países) cruzó las líneas rojas impuestas por el Kremlin, que aumenta los riesgos de guerra nuclear, como se explicó anteriormente, evitar que la OTAN se acerque a las fronteras rusas.
También la entrega a Ucrania de los tanques Abrams, bombas de racimo y minas antipersonales prohibidas por la ONU, los aviones F-16, el ingreso a territorio ruso como en Kursk y la autorización que misiles de largo alcance se lancen sobre ciudades rusas. En verdad la paciencia del presidente ruso Vladimir Putin es sorprendente, aunque comprensible debido a que es una guerra de desgaste. ¿Seguirá a Aristóteles cuando decía que «La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces”?
Para nadie es un secreto que oficiales de la OTAN se encuentran en territorio ucraniano, que militares OTAN guían los misiles que atacan a ciudades rusas, porque Ucrania ni tiene satélites. ni tiene técnicos calificados, además que militares de OTAN piden licencia para combatir en Ucrania y armas de OTAN se las regalan o venden a los ucranianos, y les dan billones de dólares para sostener su guerra y sin contar a los miles de mercenarios contratados; sin embargo, hacen escándalo porque Irán o Corea del Norte suministran armamento a Rusia o porque se están entrenando, según se especula, a unos 10 mil soldados norcoreanos para expulsar a los militares ucranianos de la región rusa de Kursk y la propaganda occidental y ucraniana publicita que ya están luchando, sin mostrar una sola prueba.
Luego Rusia lanza un misil balístico hipersónico Oreshnik y OTAN dice que Moscú aumenta la tensión y ¿todo lo que hace la OTAN para escalar el conflicto no cuenta? Después señalan que Moscú apunta a una escalada nuclear, pero no dicen que sería solo si peligra la existencia de Rusia.
Dos generaciones eliminadas
Por otra parte, se duda que estén muriendo diariamente unos dos mil soldados diarios y que la aventura en Kursk está costando cerca de 40 mil muertos. Y se afirma que los ucranianos están resistiendo y no pasa nada. Si todo ello no fuera cierto, primero ¿por qué Zelenski pide que los países de la OTAN envíen tropas a Ucrania, ahora bajo el disfraz de contingente de paz?
Segundo ¿Por qué ha ordenado una leva forzosa para los ciudadanos en edad militar? Tercero ¿Por qué los soldados se rinden, desertan o abandonan sus posiciones en el frente y los ciudadanos huyen por las fronteras para evitar ser enviados al combate?
Cuarto ¿Por qué Zelenski pide a los países europeos, que han albergado a millones de refugiados, que devuelva a los que tiene edad militar? Y ahora miembros de la OTAN señalan que Ucrania tiene suficientes armas, pero que hay escasez de soldados y que recluten a mujeres. Sin duda, el “carnicero” Zelenski -como lo calificó el profesor argentino Christian Lamesa- está no solo sacrificando dos generaciones, sino que acabará “hasta el último ucraniano”.
El profesor Lamesa recordaba cómo, en la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes falsificaban su acta de nacimiento para defender su patria e ir a luchar contra el nazismo, mientras hoy en Ucrania huyen, porque en verdad no es su guerra, es la guerra de la OTAN -con su marioneta Zelenski- contra Rusia, una guerra antipopular que trata de eliminar a sus hermanos eslavos orientales del Dombás. No hay que olvidar que hay millones de ucranianos refugiados en Rusia.
Aún más para los descreídos: Por intermediación de la Cruz Roja. Rusia devuelve a Ucrania 250 soldados muertos y Ucrania regresa los restos de 38 soldados rusos. Gracias a la mediación de EAU han intercambiado numerosos prisioneros.
En un principio, el pedido era uno por uno, hoy Ucrania quiere canjear “todos por todos”, que es rechazada por Rusia. Se afirma que la proporción de soldados ucranianos tomados prisioneros por Rusia, es de diez a uno, frente a los rusos presos en Ucrania. Rusia acaba de rechazar un intercambio de prisioneros porque Ucrania les pedía que devuelva solo los soldados de élite y no los recién reclutados que fueron hechos prisioneros o se rindieron.
Todos los intentos de aislar a Rusia han fracasado, se puede constatar en el aumento de naciones que quieren ingresar al BRICS
Ucrania está convulsionada internamente, hay no solo manifestaciones contra las levas forzadas, por el fin de la guerra, piden noticias de sus soldados, de los desaparecidos y la recuperación de los cuerpos de sus muertos, todo esto se puede constatar en las redes informativas paralelas ucranianas, porque la prensa mundial no informa nada de ello.
Y sobre las cerca de 20 mil sanciones que impuso la OTAN a Rusia, han tenido un impacto significativo en la economía europea (la guerra y la política migratoria ha desacreditado a muchos gobiernos, y las protestas y los grupos radicales han aumentado, así como los pronunciamientos por la paz). Las sanciones han contribuido a la recesión y la inflación en Europa, mientras que Rusia ha logrado mantener cierta estabilidad económica (véanse las cifras del BM, FMI, etc.).
Las sanciones han afectado la economía europea al aumentar los costos de energía y materias primas, mientras Rusia ha podido adaptarse a las sanciones mediante la diversificación de sus mercados y la búsqueda de nuevos socios comerciales. Todos los intentos de aislar a Rusia han fracasado, se puede constatar en el aumento de naciones que quieren ingresar al BRICS, las reuniones parlamentarias ruso-latinoamericanas, la Cumbre Rusia-África, Cumbre de la Organización de Cooperación Islámica, Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, Foro Económico Oriental, etc.
La esperanza para el fin de la guerra será cuando asuma el presidente Donald Trump, dejando de suministrar armamento a Ucrania y presionando a la OTAN. Como dijo el genial Henry Kissinger en 2014: “Ucrania debe ser un puente entre Occidente y Rusia. Tratar a Ucrania como un campo de batalla entre el Este y el Oeste solo llevaría a más conflictos y que, para que Ucrania prosperara, debía mantenerse neutral y servir como un punto de conexión entre ambos mundos”.
Rusia se queda con los territorios que la propia Ucrania perdió por bombardearla como Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, respetando la libre determinación de esos pueblos, al igual que Crimea. La desmilitarización y desnazificación de Ucrania, convirtiéndose en un Estado con neutralidad perpetua y, por lo tanto, rechazo a su ingreso a la OTAN y el levantamiento de las sanciones de la OTAN a Rusia.
*Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”. Autor del libro “La Guerra Rusia-Ucrania, lo que no se cuenta”