Es momento de poner la competencia electoral en suelo parejo. Podría empezarse normando que los candidatos a seguir en el Parlamento, tengan alguna restricción que limite su poder político durante la campaña
En mayo de este año, ante evidencias de una adicción congresal a beneficiarse –fuera de lo normal- con dineros del Estado, publicamos (¿premonitoriamente?) gracias a Guik el artículo: ¿TENEMOS CONGRESO CREMATÓMANO? El continuismo de esas muestras, nos responde que sí. Entonces sería el primer Congreso de nuestra historia ganado por ese síndrome (ojalá el único y el último); también por ello será su disposición a cualquier cosa, con tal de asegurase hasta el 2026.
El “aguinaldo navideño 2024” que se han otorgado sus miembros, colgándose de un “Convenio Colectivo” de sus trabajadores (de distinto tratamiento laboral) y, la solicitud de la Mesa Directiva de un presupuesto de S/1.412 millones para el año fiscal 2025, que puede ser el más grande que el otorgado a parlamentos anteriores; obligan a seguir en el tema. El retorno a la bicameralidad no justifica, pues se mantienen las sinecuras y desdicen lo dicho en los debates respecto al costo que significaría.
“(…¡¡¡Qué tal Congreso el que tenemos!!! no le interesa la percepción ni el rechazo ciudadano (…)”; escribimos. Ahora, son elocuentes las movidas de su mayoría coaligada y satélites para en acomodar a sus intereses la normativa política-electoral y para empoderar las actividades ilegales. Las reclamadas reformas profundas, integrales y leales con el país, ad portas de concluir la 1ra legislatura 2024-2025 no se han dado; quedan como ineludible tarea para el próximo parlamento.
Es lamentable pretendan engatusarnos abarrotándonos de “normas parche” que generan confusión y propician un desmadre electoral el 2026. La sola posibilidad de tener cerca de 50 colectividades compitiendo, ya es preocupante y da la razón a quienes criticamos por irresponsable, la disminución de requisitos para oficializar inscripciones de “nuevos” partidos en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), con normas que soslayan lo principal, el rescate de la ética pública para la representación política.
El retroceso y hasta eliminación de necesarios filtros en busca de un minino de idoneidad en la futura representación; don lamentables consecuencias de la “reelección inmediata” con la que, aprovechándose de la necesidad del retorno de la Cámara de Senadores, se auto favorecieron los congresistas que aspiran a seguir en el Parlamento como diputados o senadores, lo que los lleva a presentar iniciativas que les permiten ventajas en el “piso electoral”, respecto a los que no tienen representación parlamentaria en el actual Congreso.
el continuismo de los “pactos” de financiamiento de campañas con informales, ilegales, monopolios y oligopolios mercantilistas;
Les interesa más, cómo le sacan provecho a la coyuntura que facilita a los dueños de partidos y dirigencias totalitarias a mercantilizar las listas de candidatos y garantizar continúen vigentes las causas perniciosas que han desencadenado la crisis que nos tiene atrapados, como el trasfuguismo, arribismo, piratería de ideas y slogans, espontáneos politiqueros sin formación ni principios, que desconocen que en la política el bien supremo es el servicio honesto con practica de valores. Total, interesa más contar con proclives al negocio.
La “normalización” de esas causas, es sin duda, la que buscan consolidar, pues es el “insumo” que facilita el continuismo de los “pactos” de financiamiento de campañas con informales, ilegales, monopolios y oligopolios mercantilistas; es decir que la anti política se siga empoderando en los espacios del poder político a fin de pasar las ”facturas”, cuyos pagos se expresan en leyes como las que debilitan la lucha contra las organizaciones criminales, acuerdos como los que favorecen a actividades ilegales y en general, los lobbies.
Por tanto; mantener las ventajas de las que gozan los reeleccionistas y los partidos coaligados para el manejo del Congreso, les es primordial. Es, así quieran disimular, poner en marcha una forma de fraude que nos sugiere tener presente el pícaro aprovechamiento que han mostrado para colgarse de la necesidad de la bicameralidad metiendo de “contrabando” la reelección parlamentaria inmediata, cuando lo ético era establecer su vigencia a partir de las elecciones del 2031; así mismo, mantener las ventajas que solapadamente se reservan para las competencias electorales 2026.
Los congresistas, en la época electoral gozarán de ventajas como: intacto el poder político, sería ingenuo desconocer que pueden influir en los procesos de designación de candidatos por la modalidad de convenciones con “delegados”, lo que también prefieren los dueños y dirigencias de los paridos; la llamada semana de representación para la que reciben aprox. 4 mil soles mensuales y que ya la utilizan en proselitismo; el aporte activista de personal que se ha incrementado en despachos, comisiones, bancadas y planta que, ya están haciendo campaña; con transferencias de recursos públicos a los partidos representados en el Congreso que, como se está desnudando, hacen uso indebido y, designaciones en las jefaturas claves del personal de planta del Congreso que vienen actuando como operadores políticos; aparte de los bonos y las mochadas de sueldo que están impunes.
Es decir, la antiética, tiene sus campañas financiadas con recursos públicos.
Es momento de poner la competencia electoral en suelo parejo
Los amables lectores, podrán decir y con razón, son reflexiones y temas conocidos y repetitivos en diferentes espacios y comentaristas. Precisamente, por eso insistimos, para tener claro que no les hace mella ni los inmuta, han perdido la vergüenza y de seguro nada de ello, por lo menos, regularán.
Es momento de poner la competencia electoral en suelo parejo. Podría empezarse normando que los candidatos a seguir en el Parlamento, tengan alguna restricción que limite su poder político durante la campaña, desde el cierre de inscripciones hasta la culminación del proceso; se les suspenda la llamada semana de representación; se regule con precisión las transferencias a los partidos, pues se vienen utilizando tramposamente, hasta para pagar sueldos a fugitivos y procesados.
Veremos, si se ponen en debate estos temas y otros que el espacio no permite ahondar, Si los próximo Congreso tiene a los mismos u otros con los mismos perfiles, no esperemos cambios.