La salud mental ha adquirido mayor relevancia en el Perú en los últimos años, impulsada por el impacto de la pandemia y los desafíos sociales que enfrentan millones de peruanos. Aunque se han hecho esfuerzos importantes para mejorar la atención, la demanda sigue en aumento, y el país continúa enfrentando problemas como la pobreza, el desempleo y la inseguridad, que agravan esta situación.
Se estima que la demanda de atención superará los niveles alcanzados en 2023.
Desde 2021, tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, el número de atenciones de salud mental ha crecido significativamente, con 1,84 millones de casos atendidos en 2021 y 2,11 millones en 2022. Aunque en 2023 la cifra volvió a 1,84 millones, los niveles se mantienen altos en comparación con los años prepandemia.
En 2024, esta tendencia continúa, con más de 900 mil atenciones registradas hasta junio, lo que sugiere que el total del año superará nuevamente los 1,8 millones de casos.
El Dr. Julián Obregón, miembro del Comité Médico de ALAFAL, destacó que la clave para enfrentar esta creciente demanda está en incrementar las acciones preventivas.
“Menos del 2% del presupuesto de salud se dedica a la atención de enfermedades mentales, lo que es insuficiente para las necesidades del país”, afirmó.
Aumentar la inversión en prevención ayudaría a detectar problemas a tiempo, evitando que se agraven, reduciendo así costos a largo plazo y mejorando la calidad de vida de los pacientes, además de aliviar la presión sobre el sistema de salud.
Asimismo, según el INEI, el 32,3% de los jóvenes entre 15 y 29 años han experimentado problemas de salud mental en el último año, con una mayor prevalencia en mujeres jóvenes (30,2%) frente a los hombres (22,9%). Esto evidencia la necesidad de adaptar los esfuerzos para atender de manera más eficaz a esta población vulnerable.
Aunque la Ley de Salud Mental ha sido un avance importante, aún se requiere un mayor esfuerzo para garantizar que todos los pacientes, especialmente en zonas rurales, tengan acceso a una atención adecuada.
Actualmente, el sistema público cuenta con solo 294 psiquiatras para todo el país, lo que provoca demoras en la atención. La formación de más profesionales y un uso más eficiente de los recursos son esenciales para cerrar esta brecha y mejorar los servicios.
es esencial implementar políticas que fortalezcan la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales en el entorno laboral.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la falta de atención a la salud mental genera pérdidas económicas globales de un billón de dólares al año.
En el Perú, la depresión y la ansiedad, que afectan cada vez más a los trabajadores, han provocado un aumento en el ausentismo y en el bajo rendimiento laboral, impactando especialmente en sectores como el comercio, la manufactura y los servicios. Esta situación afecta la productividad empresarial y frena el crecimiento económico del país.
Frente a este panorama, es esencial implementar políticas que fortalezcan la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales en el entorno laboral. Ofrecer atención adecuada a los trabajadores no solo reduciría el impacto del ausentismo, sino que también mejoraría el rendimiento laboral, fomentando un crecimiento económico más sostenible.