De lo que sí estoy seguro es de que Gorriti, si es verdad lo que dice Villanueva, debe estar arrepentido de haber sugerido a Lenz.
La declaración parcial de Jaime Villanueva ante la Fiscalía del 31 de enero de 2024, que presentó Milagros Leiva el 7 de febrero, tiene toda la apariencia de una bomba de racimo que apenas ha empezado a estallar.
No sólo porque establece un verosímil comando de Gustavo Gorriti sobre el ex Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, y sobre las ex estrellas de la lucha anticorrupción, Rafael Vela y José Domingo Pérez, sino porque vuelve a poner en cartelera un nombre casi olvidado: Stefan Lenz.
Quiero concentrarme ahora en ese nombre.
¿Quién es Lenz?
Stefan Lenz es un ex fiscal suizo que ahora ejerce privadamente el derecho.
Él encabezó el equipo fiscal que, a fines de 2016, identificó, ubicó y condujo el análisis del contenido del servidor My Web Day en Suiza y permitió saber la existencia de Droussys. Ambos sistemas, altamente encriptados, registraban los movimientos de los pagos corruptos del Sector de Operaciones Estructuradas (SOE) de Odebrecht.
Luego renunció a la Fiscalía y formó su consultora privada, LenLaw.
En junio de 2017, a través de esta empresa, Lens firmó un contrato con el Ministerio Público del Perú para asesorar la investigación del Equipo Lava Jato, entonces a cargo del fiscal provincial Hamilton Castro.
Según las declaraciones de Villanueva, Gorriti insistió a Pablo Sánchez para que se realice esta contratación.
Mientras tanto Odebrecht proponía un Acuerdo de Colaboración Eficaz al fiscal Castro, que no aceptó en ningún momento las condiciones que pretendía imponer la corporación brasilera.
¿Qué pasó con Lenz?
Lenz entregó su primer informe el 22 de agosto de 2017, que sugería una secuencia práctica de acciones para afinar la investigación. No sabemos cuánto tiempo lo retuvo Sánchez ni con quien lo compartió antes de pasarlo al Equipo Lava Jato. Castro lo incorporó como insumo y recordemos que fue él quien requirió y obtuvo la prisión preventiva para los miembros del Club de la Construcción, aliados de Odebrecht (Graña Miró Quesada y otros).
Por entonces se produce la misteriosa reunión de Sánchez y Castro con Gorriti, a exigencia del primero. No fue una reunión grata. Castro abandonó la sala porque probablemente Gorriti lo estaba grabando. Eso se cuenta.
Lo que sí es un hecho es que Hamilton Castro se negó a aceptar el Acuerdo de Colaboración Eficaz propuesto por Odebrecht cuando Gorriti insistió en que debía hacerlo.
Sánchez terminó su período y fue reemplazado por Pedro Chávarry. El flamante Fiscal de la Nación, sabe Dios por qué, designó a Rafael Vela Barba como nuevo jefe del Equipo Lava Jato, bajo la figura de unificación de la investigación. Vela, hacía rato, desde su Fiscalía de Lavado de Activos, venía superponiéndose con el Equipo Lava Jato de Castro y se salió con su gusto.
El informe Lenz fue encarpetado por Vela y Pérez (a la sazón su segundo al mando) y del documento no se volvió a saber nada. Hasta bien entrado 2021.
La trampa del Acuerdo
Odebrecht, hoy llamada Novonor, nunca tuvo la intención de hacer colaboración eficaz sino más bien de obtener la máxima ventaja al tiempo de invalidar las pruebas de que disponía.
Así ha quedado demostrado hoy. Vela y Pérez no pueden exhibir ¡NINGÚN RESULTADO! Se dedicaron a defender a Odebrecht a cambio de nada, a repetir el cuento de que se había vuelto una “empresa responsable” dictado por Gorriti y proteger su capacidad de obtener beneficios infinitos y de volver a contratar con el Estado Peruano. Esto último está a un paso de suceder.
Volvamos a Lenz
En marzo de 2021 Lenz se comunicó nuevamente con el Ministerio Público del Perú, ante la evidencia de que Odebrecht no entregaba la información de los servidores y que la justicia Suiza apenas había alcanzado información muy limitada y ofreció completar los compromisos suscritos en 2017.
El Equipo Especial recién reaccionó en agosto y el 30 de ese mes Pérez llevó a Berna dos pendrives con la información obtenida de las autoridades helvéticas.
El 7 de septiembre el ex fiscal suizo informó al Equipo Especial que la información disponible era sumamente incompleta y el 9 de octubre presentó un informe de 102 páginas sobre más de 150 mil archivos y recomendó solicitar una ampliación de información a la justicia Suiza, de la que 2 años y medio después no sabemos nada.
Es patético apreciar la diferencia de velocidades de Stefan Lenz respecto a los incompetentes Vela y Pérez, amparados por Gorriti.
Casi epílogo
Odebrecht se esmeró en provocar la invalidez de las pruebas que ofreció y en poner en evidencia la sospechosa conducta de la Fuerza de Tarea Lava Jato en Brasil. Aquí esto último fue innecesario porque el Equipo Lava Jato naufragó hace rato chocando contra nada.
Así ha conseguido que el Tribunal Supremo Federal de Brasil anule el principal material probatorio del caso porque la empresa o las autoridades del sistema de justicia hayan violado la cadena de custodia de dicho material. Eso ha rebotado ampliamente en varios países, incluido el Perú.
El informe Lenz alarma y alerta. Si el Equipo Especial hubiera contado continuamente con sus servicios y no se hubiera sometido a Odebrecht y sus socios hoy tendríamos otra realidad.
No quiero olvidar que a Castro le endilgaron el sambenito de lentitud y apenas estuvo algo más de un año. Qué deberíamos decir de Vela y Pérez que han tenido cinco años a cargo de desmadrar el caso. Yo tengo varios dicterios apropiados para ellos por si alguien tiene interés.
De lo que sí estoy seguro es de que Gorriti, si es verdad lo que dice Villanueva, debe estar arrepentido de haber sugerido a Lenz.
