Bruselas ya había pedido a operadores de comunicación y a los gigantes de internet que bloquearan a los medios estatales rusos, a los que considera parte de su “maquinaria de guerra”.
“No podemos dejar ninguna piedra sin mover en la lucha contra la desinformación y la beligerancia respaldadas por el Estado ruso”
.Los 27 países de la Unión Europea decidieron ayer martes (01.03.2022) prohibir la difusión de los medios estatales rusos RT y Sputnik y acordaron la autorización para la exclusión de “algunos bancos rusos” del sistema de mensajería interbancaria SWIFT.
Este nuevo paquete de sanciones contra Rusia entrará en vigor el miércoles tras su publicación en el Diario oficial de la UE, que precisará los nombres de los bancos afectados.
Los 27 decidieron también prohibir los contenidos multimedia de la agencia Sputnik, así como la difusión en inglés, alemán, francés y español de Russia Today(RT) en las redes de televisión y en internet dentro del territorio de la UE.
“Vamos a prohibir la máquina mediática del Kremlin”, declaró el domingo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“No podemos dejar ninguna piedra sin mover en la lucha contra la desinformación y la beligerancia respaldadas por el Estado ruso”, dijo hoy el comisario de Mercado Interior y Digital de la Unión Europea, Thierry Breton, en una videollamada con el director general de Netflix, Reed Hastings, según fuentes comunitarias.
Los representantes de los estados miembros concordaron igualmente en prohibir la participación de europeos en proyectos que cuenten con financiación del fondo soberano ruso RDIF, como respuesta a la invasión rusa de Ucrania, precisó en Twitter la presidencia francesa del Consejo de la UE.
Los aliados occidentales habían anunciado el sábado la intención de excluir a bancos rusos de SWIFT para reforzar “el aislamiento”de Rusia. La sanción supone el aislamiento financiero de Rusia: el sistema Swift facilita operaciones como el tránsito de órdenes de pago y órdenes de transferencias de fondos entre bancos.
Varios países europeos como Alemania e Italia, reticentes a esa medida por temor a sufrir represalias en las entregas de gas ruso, acabaron por aprobarla.