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MUERTE DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA

Por Jhonny Vargas Colque.

Diario Página Siete, La Paz Bolivia

El estancamiento económico, la frustración colectiva y la polarización política, son las causantes del decaimiento de la democracia en América Latina. Las victorias de los populismos de izquierda en Cuba, Bolivia, México, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Perú, Chile y Argentina, los conflictos sociales en Ecuador, las futuras elecciones en Brasil y los demás países, están configurando un nuevo mapa político. La región se tiñe de rojo.

Esto es una verdadera advertencia para los principios y valores democráticos, han cambiado las democracias en América Latina producto de la creciente polarización política y del financiamiento de los poderes fácticos, cuyo objetivo no es otra cosa que la convulsión social.

La democracia en América se está marchitando, se está acabando, poco a poco, parece que la gente prefiere elegir dictadores y regímenes criollos autoritarios, populistas de izquierda; este escenario lo que hace es fragmentar y polarizar más aun la sociedad latinoamericana, ya que las consecuencias de los errores de haber elegido a estos gobernantes tienen que sufrirlas inevitablemente el mismo pueblo.

La democracia en América hoy es una hoja seca, donde los insectos populistas, que parecen más una plaga, se han introducido dentro del árbol de la democracia, desde la raíz hasta los tallos y las hojas, donde depositan sus huevos y las larvas al nacer van devorando lentamente todo el árbol, lo que le provoca la muerte, esto está ocurriendo con la democracia en América.

 

La muerte de la democracia es por culpa de la ideología – partidos políticos, de extrema izquierda y de extrema derecha, que han dividido la sociedad latinoamericana; los fanáticos defensores de ambas ideologías han perdido el sentido común, la política se ha convertido en un circo, el populismo ha gangrenado el cerebro de los fanáticos populistas, como decía Voltaire, “Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable”.

La gente en Latinoamérica no se da cuenta que se vienen problemas aún más graves, que ningún político o ideología populista, sea esta de izquierda o derecha, podrá resolver. Latinoamérica está condenada a las protestas y a la inestabilidad, está atrapada entre el estancamiento económico y las protestas callejeras, siempre habrá inconformidad y descontento, esto se ha convertido en un círculo vicioso, en vez de avanzar en democracia estamos retrocediendo.

En América Latina se puede encontrar súbditos, pero ya no se ven ciudadanos ¿Cómo resistir al poder absoluto en los países latinoamericanos donde cada ciudadano es débil y donde cada ciudadano no está unido por ningún interés común? La influencia del dinero proveniente del narcotráfico y del crimen organizado internacional empieza a dejarse sentir en los asuntos de gobierno en Latinoamérica.

Lo que prima en democracia es la mayoría, cuando se abandona esta ley no queda otra cosa que la fuerza o el fraude electoral, aquí en Latinoamérica existe una anarquía completa, solo basta examinar el fondo de las cosas para desengañarnos por completo, las virtudes públicas, la institucionalidad, se han perdido.

La dictadura, el abuso de poder y la corrupción se muestran al descubierto en nuestra América Latina, poco les importa el juicio o la sentencia de los tribunales constitucionales a quienes quieren destruir las propias leyes. Quieren los populistas en Sudamérica destruir a sus propias constituciones, cuando están en el deber de defenderlas. Es necesario crear un dique de contención para frenar el abuso de poder de los gobiernos populistas, por cuestión de salud pública y democracia.

En los países populistas los presidentes están tan enamorados de su poder, que no les importa la ley, peor aún sus propias constituciones y les gusta ver a sus acólitos que les alaben, con el fin de que se les cumplan todos sus caprichos, ahí tenemos el caso nefasto del expresidente boliviano.

En América Latina se han violado todos los principios fundamentales, todas las libertades constitucionales, no se respetan los derechos políticos de las personas, existe una pobre participación política de las personas, los revolucionarios de ayer son los conservadores de hoy.

Alexis de Tocqueville se preguntaría hoy en día si en América: Hay participación de los ciudadanos en las decisiones políticas, existe un cierto nivel de igualdad jurídica entre los latinoamericanos, tenemos libertad de expresión, derecho a la información clara y transparente, tenemos un verdadero sistema representativo, los latinoamericanos confían en sus sistemas electorales.

El árbol de la libertad tiene que ser regado de tiempo en tiempo

El remedio más eficaz para combatir los males de la democracia en América Latina es la libertad política y económica. La prensa, los medios de comunicación, la opinión pública, son por excelencia los instrumentos democráticos de la libertad. La educación es pues el requisito indispensable para el pleno y verdadero ejercicio de la democracia.

La libertad de expresión, la libertad de prensa, ella sola cura la mayor parte de los males, que la igualdad distorsionada puede producir. Como decía Tomas Jefferson: “El árbol de la libertad tiene que ser regado de tiempo en tiempo, con la sangre de patriotas y de tiranos: Es su fertilizante natural”.

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