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LA VIRTUD DEL DESAPEGO

Escribe;

Gustavo Blanco Ocharan 

gblancociticars@gmail.com

La naturaleza del ser humano es bastante compleja y comprende desde la parte básica; física, biológica y material hasta la etérea, abstracta y puramente espiritual; pasando por los imprescindibles componentes mentales y emocionales, que interactúan dentro de una maravillosa sincronicidad conformando un todo único, una individualidad tan exclusiva como nuestras huellas dactilares, el propio ADN o nuestro mismo Ser Esencial.
A medida que evolucionamos la persona va satisfaciendo necesidades primarias vitales, tales como las de alimentarse, hidratarse, dormir, vestirse, abrigarse y cobijarse para luego buscar seguridad, protección, relaciones sociales, autoestima, reconocimiento, autorrealización y trascendencia.

El apego y el ego

El apego es un mecanismo de evolución y específicamente de afirmación, propio del ego, a través del cual consideramos que hemos satisfecho algún tipo de necesidad, resulta por consiguiente útil y se manifiesta en la interrelación afectiva, la acumulación de riqueza, el desarrollo del potencial intelectual, las habilidades sociales, estimulando de alguna manera nuestro crecimiento integral; sin embargo, debemos precisar que el apego como tal, es solo una herramienta, un medio externo que proporciona seguridad y retroalimentación, pero que a su vez, debe ser regulado para evitar caer en cualquier tipo de co-dependencia.
El apego puede ser tanto material, cuando por ejemplo estamos demasiado enfocados en generar dinero, acumular todo tipo de bienes materiales, efectuar compras compulsivas, sentir afecto por las pertenencias de manera desproporcionada, etc, y también puede presentarse un apego emocional, cuando nos aferramos a las personas, generamos estados de codependencia afectiva, o pretendemos tomar posesión de la vida de un familiar o un ser querido, tales manifestaciones solo conllevan a estados de frustración e infelicidad.

El apego y el Ser

La mejor regulación del apego surge del propio despertar de la conciencia, constituyendo además este despertar, una manifestación concreta que estamos desarrollando y adquiriendo un grado mayor de evolución espiritual en nuestro camino por identificarnos plenamente con el Ser que prevalece por sobre los ímpetus y manifestaciones extensivas del ego.
Hablando sobre este tema con mi amigo Darío Gastelo, él trajo a colación una frase que grafica perfectamente las limitaciones del apego “venimos a la vida terrena sin nada y nos vamos de ella, igualmente sin nada”, de manera que, siendo importante el apego, según la etapa de crecimiento que estemos experimentando, no resulta para nada esencial dentro de una perspectiva de infinitud y eternidad, dimensiones donde se ubican la consciencia y el Ser.

La virtud del desapego

Hacer consciente el apego es el primer paso para trabajar en la virtud del desapego. El desapego proporciona autonomía y nos encamina para recuperar el valor de la libertad plena, sin dependencias ni condicionamientos nos desprendemos de cualquier atadura material, regulamos nuestro afán por tener y acumular, le damos el verdadero sentido y valor al dinero y en términos afectivos nos desprendemos de cualquier tipo de codependencia emocional, permitiendo que el amor verdadero, el perdón y la compasión brillen en su total esplendor.
En el momento que comenzamos a fluir con nuestra energía auténtica y pura y hacemos consciente la virtud del desapego, avanzamos por la vida más livianos, sin ataduras, sin cargas, sin pesos, sin rencores, sin culpas, inclusive sin malos recuerdos en ese momento apreciamos los estados de tranquilidad, paz, realización superior y plenitud que son propios del Ser.
California Julio 24, 2022.
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