CRÓNICASDESTACADAS

HA MUERTO EL REY ¡VIVA EL REY!

DESDE MI ESQUINA

por: César “Chico” Véliz 

 

Con esta crónica le digo adiós a Edson Arantes do Nacimento, porque Pelé sigue vivo en el recuerdo.

 

Era el verano del lejano 1964. El sol de aquel día de febrero me parecía más agradable o es que por la noche se presentaba en el estadio Nacional Pelé, el jovencito que a los 17 años había conmovido al mundo futbolístico en Suecia, al llevar a su país, Brasil, a la conquista del título máximo del planeta en 1958.
Llegó con el Santos y jugaría contra Alianza Lima. Yo tenía poquito más de un año haciendo periodismo deportivo en Correo. Cuando vi en el campo a Pelé, cogí mi carné y lo besé. Gracias a esta cartulina con mi foto, estaba en el Nacional frente a una luminaria mundial. Aún recuerdo cuando le hizo “un sombrero” a Grimaldo ante un público mudo de emoción “Pitín” Zegarra puso dos goles con pasee de “Perico” León.
Como aliancista estaba feliz con el 2-0 que terminó el primer tiempo. Al final y, gracias a la magia del gran Pelé, el Santos ganó 3-2. No importaba el resultado. Lo había visto jugar a Pelé, correr, saltar, inalcanzable con la pelota que parecía pegada a sus pies. No sé si bailaba o jugaba fútbol.
Lo conocía desde 1958 sólo por fotos en el vespertino Última Hora y por ondas de mi viejo radio Phillips. Para evitar las interferencias de sonido, mi hermano, el “negro” José, alargaba la antena con el alambre de colgar
ropa. Claro, vivíamos en Huancayo.
LE TOQUÉ EL HOMBRO
Al finalizar el partido me plegué a los periodistas y tratar de ingresar el camarín y entrevistar al ídolo. En esos instantes uno de los colegas se dio cuenta que en el palco oficial estaba Don Julio de la Piedra y había que entrevistar al político odriista. Era presidente de la cámara de Senadores
en el gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde.

Pelé llega a Lima con Santos en 1960 | RETRO | PERU.COM

Yo preferí conocer más cerca a Edson Arantes do Nascimento. No entiendo cómo, pero de un momento a otro, estaba frente a la estrella más brillante de la constelación mundial del fútbol. Reconozco, mi inexperiencia. Me quedé mudo. No sabía qué preguntar. Muy nervioso le toqué el hombro y sentí el sudor de su cuerpo, me miró y sonrió. Se paró, quitó la camiseta y se dirigió a la ducha. Creo que de esos periodistas que estuvieron cerca a Pelé van quedando pocos.
LA TRAGEDIA DE GARRINCHA
Mi inexperiencia juvenil traté de superar con un viaje a Río de Janeiro en 1983 con el fin de conocer algo más del Rey Pelé. En efecto, en un bar de la hermosa playa de Copacabana, cerca de Ipanema, una noche encontré bebiendo caipirinha a un músico amante también del fútbol.
En el diálogo me dijo: “a Pelé la gente ahora ya no lo quiere, dejó su país y se fue a jugar por el Cosmos en EE.UU. Los millones de dólares lo ha cambiado, se ha olvidado de su gente, él fue humilde. Ahora vive en la alta sociedad. Xuxa, la artista de la TV es su novia”
Pese a la diferencia de idiomas, le entendí bien cuando me dijo: “Garrincha, sí es del pueblo, hace un momento estuvo bebiendo conmigo”. Le pregunté y ahora dónde está, a lo que respondió: “ves a ese hombre tirado sobre la arena, es Garrincha, está borracho, es alcohólico y vive delo que la gente le regala”
Increíble el destino de un astro del fútbol mundial. A Garrincha lo vi también jugar en el Nacional de Lima. Era un fenómeno que deleitaba al público cuando corría, con sus dos piernas izquierdas, pegado a la línea por el sector derecho.
Mi eventual amigo de Copacabana, me hace una propuesta: “invítame un trago y seguimos conversando” Así fue y me dice que conoció a Garrincha de niño “Tenía bajo nivel de inteligencia y sus padres escasos recursos para el tratamiento de la deformación de su columna vertebral (polio) por lo cual tenía dos piernas izquierdas y una más larga que la otra.”
Esta discapacidad la compensó convirtiéndolo, en el campo de fútbol, en un Garrincha o “pájaro veloz” que le silva a la pelota y así deleitó amillones. Murió pobre y abandonado.
Me pregunto si no es suerte ver jugar a otro ídolo brasileño. Waldir Pereyra, Didí, creador de la “folha seca” o tiros libres con efecto en su trayectoria. Fue compañero de los famosos Puskas y Di Sttéfano en el RealMadrid. Legó a ser técnico de la selección del Perú y Alianza Lima.
Con esta crónica le digo adiós a Edson Arantes do Nacimento, porque Pelé sigue vivo en el recuerdo.

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