Solo queda esperar que nuestros actores políticos, superando las ideologías, busquen el bien común y el desarrollo del Perú.
A pesar de una aparente calma política reciente, la principal tarea del gobierno actual es garantizar elecciones transparentes. Su capacidad para ofrecer soluciones reales es limitada, pues se ha dedicado a recoger resultados de administraciones anteriores. Si bien el período ha sido turbulento, con factores externos que dificultan la gestión, solo la historia juzgará la capacidad del gobierno. Por lo tanto, resulta esencial concentrarse en asegurar elecciones transparentes, que permitan a la ciudadanía elegir su futuro.
Este gabinete, aunque carente de propuestas innovadoras, debe garantizar neutralidad y estabilidad, dado su carácter transitorio y la falta de un plan inicial. El interés empresarial en invertir en el Perú, especialmente en infraestructura, es evidente, pero la falta de visión de nuestros gobernantes, que miran al país internamente en lugar de buscar el progreso externo, limita el desarrollo. Es necesario mirar al Perú hacia afuera para atraer crecimiento y oportunidades.
Este gobierno tiene la posibilidad de ser recordado por un logro fundamental: haber facilitado una transición política ordenada. Si bien esto no borra la penosa gestión de estos cinco años, caracterizada por más desaciertos que aciertos del Ejecutivo y la administración en su conjunto, podría atenuar su legado que ya es cuestionable.
¿Cómo se presenta este año electoral que debe cuidar esta administración? El presente año electoral representa un desafío para esta administración, pues la institución presidencial está en juego. Sin embargo, el panorama político se caracteriza por partidos carentes de ideología organización, dominados por el caudillismo y el mercantilismo. Además, las encuestas favorecen a figuras cuestionadas, lo que supone una amenaza para nuestro sistema democrático. Por lo tanto, este año electoral se presenta como uno de los más importantes de nuestra historia republicana.
Es tiempo de dejar de confiar en este gobierno. Solo queda esperar que nuestros actores políticos, superando las ideologías, busquen el bien común y el desarrollo del Perú. Apelamos a que el gobierno garantice las condiciones necesarias para este propósito. Basta ya de intereses personales, pues la oportunidad es única y el beneficio de la buena fe política redundará en el bienestar de todos.