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ANALISIS/ Xi y Putin presentan un frente unido ante la crisis entre Israel e Irán, en un mensaje encubierto a Trump

(CNN/ Nectar Gan).- China y Rusia se posicionan como voces de la razón, pidiendo la desescalada de un conflicto en el que Estados Unidos contempla entrar: esta es la imagen que Xi Jinping y Vladimir Putin intentaron proyectar durante una llamada telefónica el jueves.

en un momento en que el liderazgo global de Estados Unidos está bajo un creciente escrutinio, especialmente a ojos del Sur Global, presentarse como una voz de moderación en el conflicto de Irán podría considerarse ya una victoria simbólica para Beijing.

Mientras el presidente de EE.UU., Donald Trump,  evalúa unirse a Israel para atacar a Irán, el conflicto, que se agrava rápidamente entre dos enemigos jurados en Medio Oriente, ha brindado a Beijing y Moscú otra oportunidad para presentarse como una alternativa al poder estadounidense.

En su llamada, Putin y Xi condenaron enérgicamente las acciones de Israel, calificándolas de violación de la Carta de la ONU y otras normas del derecho internacional, según el Kremlin. (El elefante en la habitación, por supuesto, son las propias violaciones del derecho internacional por parte de Rusia en su guerra en curso contra Ucrania, que Beijing se ha negado sistemáticamente a condenar).

En el comunicado de Beijing, Xi adoptó un tono más mesurado y no llegó a condenar explícitamente a Israel, a diferencia de su ministro de Asuntos Exteriores, quien hizo precisamente eso en una llamada con su homólogo iraní la semana pasada.

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En cambio, el líder chino instó a las partes en conflicto, “especialmente a Israel”, a cesar el fuego lo antes posible para evitar una mayor escalada y un contagio regional.

Y, notablemente, en un mensaje velado a Trump, Xi enfatizó que las “grandes potencias” que tienen una influencia especial en las partes en conflicto deberían trabajar para “calmar la situación, no lo contrario”.

Beijing lleva mucho tiempo acusando a Washington de ser una fuente de inestabilidad y tensiones en Medio Oriente, y algunos académicos chinos ahora están aprovechando la crisis de Irán para subrayar este punto.

Edificio Chino Del Gobierno En Pekín Imagen de archivo editorial - Imagen de gobierno, siglo: 29411484

Liu Zhongmin, experto en Medio Oriente de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái, atribuyó el último estallido a la incertidumbre generada por la segunda presidencia de Trump y al carácter caótico, oportunista y transaccional de su política en Medio Oriente.

(Trump) ha socavado gravemente la autoridad y la credibilidad de la política estadounidense en Medio Oriente, erosionado el liderazgo y la imagen de Estados Unidos entre sus aliados, a la vez que ha debilitado su capacidad para amenazar y disuadir a los adversarios regionales”, escribió Liu en medios estatales esta semana.

¿Otra ‘guerra eterna’ en Medio Oriente?

Algunos analistas chinos en línea han señalado que Trump parece estar a punto de arrastrar a Estados Unidos a una mayor implicación en otra supuesta guerra eterna en Medio Oriente.

Al comienzo de su segundo mandato, funcionarios cercanos a Trump insistieron repetidamente en la necesidad de que Washington reorientara su enfoque y recursos hacia contrarrestar las ambiciones de China en el Indopacífico. Sin embargo, cinco meses después, las guerras en Ucrania y Gaza continúan, y Trump ahora está considerando la participación de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán.

Beijing no tiene ningún interés en una guerra abierta contra Irán que pueda derrocar al régimen. Bajo el liderazgo del ayatola Alí Jamenei, Irán se ha convertido en una potencia formidable en Medio Oriente y un contrapeso vital al dominio estadounidense, justo cuando China trabaja para expandir su presencia diplomática y económica en la región.

En 2023, Beijing ayudó a mediar un acercamiento inesperado entre sus archirrivales Arabia Saudita e Irán, un acuerdo que demostró su ambición de consolidarse como un nuevo actor influyente en la región.

China ha respaldado durante mucho tiempo a Irán mediante importaciones sostenidas de petróleo y su puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU. En los últimos años, ambos países han profundizado sus lazos estratégicos, incluyendo la realización de ejercicios navales conjuntos con Rusia.

Beijing dio la bienvenida a Teherán a la Organización de Cooperación de Shanghái y a los BRICS, grupos liderados por China y Rusia para desafiar el orden mundial liderado por Estados Unidos.

Irán también es un nodo crucial en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de China, su impulso global en infraestructura e inversión. El país se encuentra cerca del estratégico puerto de Gwadar —un puesto clave de la Franja y la Ruta en Pakistán que da acceso a China al Océano Índico— y limita con el estrecho de Ormuz, un cuello de botella vital para las importaciones de petróleo chino procedentes del golfo Pérsico.

Al igual que Rusia, China se ha ofrecido como posible mediador en el conflicto entre Israel e Irán, presentando su papel como mediador de paz y una alternativa al liderazgo estadounidense.

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Durante su llamada con Putin, Xi presentó cuatro propuestas generales para reducir las tensiones, incluyendo la resolución del problema nuclear iraní mediante el diálogo y la protección de los civiles, según el comunicado chino.

Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Xi, Wang Yi, ha tenido una semana intensa de conversaciones telefónicas con sus homólogos de Irán, Israel, Egipto y Omán en un intenso intercambio diplomático.

Sin embargo, aún no está claro qué está dispuesto y es capaz de hacer Beijing para mediar en el conflicto. En las primeras etapas de la guerra de Israel contra Gaza, China hizo una oferta similar y destinó un enviado especial a la región para promover las conversaciones de paz. Estos esfuerzos finalmente dieron pocos resultados concretos.

Mediar por la paz en Medio Oriente es una tarea difícil, especialmente para un país con poca experiencia o conocimientos en la mediación de conflictos prolongados e intratables, en una región profundamente dividida donde carece de una presencia política o de seguridad significativa.

Y en el único conflicto donde China sí tiene una influencia significativa —la guerra en Ucrania—, Xi ha ofrecido cobertura diplomática y el tan necesario apoyo económico para ayudar a sostener el esfuerzo bélico de Putin, incluso mientras China continúa presentándose como un mediador de paz neutral.

Aun así, en un momento en que el liderazgo global de Estados Unidos está bajo un creciente escrutinio, especialmente a ojos del Sur Global, presentarse como una voz de moderación en el conflicto de Irán podría considerarse ya una victoria simbólica para Beijing.


TOMADO DE: https://cnnespanol.cnn.com/2025/06/20/mundo/china-xi-putin-iran-analisis-trax


 

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