BOEING E-4B Nightwatch: «El avión del juicio final»
La aeronave solo despega en caso de emergencias mundiales. Está diseñada para resistir ataques nucleares, se le llama también “pentágono Volador” y sirve como centro de comando en caso de crisis bélica extrema.
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Puede operar durante días sin aterrizar, tiene capacidad para más de 100 personas, además del presidente. Su activación no es rutinaria: suele reservarse para simulacros de alto nivel o crisis reales. Por eso se cree que Washington se está preparando para un escenario de guerra.
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El movimiento, la vigilancia y los cuidados especiales al que es sometido el Boeing E-4B Nightwatch —conocido como el “avión del juicio final”-, agrega más tensión geopolítica en el mundo, mientras se intensifica la guerra misilera entre Israel e Irán y se da como inminente el ingreso oficial de Estados Unidos en el conflicto.
La imponente aeronave que genera una ola de especulaciones y de la que se habla en todos los medios y plataformas digitales, está diseñada para resistir ataques nucleares y servir como centro de comando aéreo en caso de crisis bélica extrema.
El último martes despegó desde Luisiana y aterrizó en la Base Conjunta Andrews, en Maryland, tras un vuelo de más de cuatro horas.

En concreto, despegó poco antes de las 6:00 de la tarde desde Luisiana, sobrevoló Virginia y Carolina del Norte, y aterrizó pasada las 10 de la noche en Maryland.
Lo que más llamó la atención fue su señal de identificación: ORDER01, una designación inusual que encendió las alarmas en redes sociales.
El contexto no podría ser más inquietante. Israel ha lanzado ataques aéreos sobre instalaciones nucleares en Irán, alegando que busca impedir que la república islámica desarrolle armas atómicas.
En respuesta, Irán ha prometido represalias “irreparables” si EEUU decide intervenir.
En medio de este pulso bélico, Donald Trump, presidente de EEUU, dejó a entrever que su paciencia con Teherán “ya se ha agotado”, aunque se ha negado a confirmar si ordenará una ofensiva militar.
Lo llaman el “Pentágono volador”

El E-4B, apodado también como el “Pentágono volador”, no es un avión cualquiera.
Puede operar durante días sin aterrizar, está blindado contra pulsos electromagnéticos y cuenta con salas de conferencias, centros de mando y capacidad para más de 100 personas.
Su activación no es rutinaria: suele reservarse para simulacros de alto nivel o crisis reales. Por eso, su reciente vuelo ha sido interpretado por analistas como una señal de que Washington se está preparando para un posible escenario de guerra.
“El vuelo del E-4B es importante en este contexto, ya que a menudo anticipa grandes crisis políticas de alcance internacional”, explicó Yago Rodríguez, director de ‘The Political Room’.
Mientras tanto, Trump ha intensificado su retórica. Desde la Casa Blanca, afirmó que Irán “sabe cómo encontrarlo” si desea negociar, pero también advirtió que cualquier ataque contra intereses estadounidenses será respondido “con dureza”.

