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SUIZA CELEBRA EN LIMA: Un pacto entre montañas, corazones y memorias

Escribe:  Ricardo Sánchez Serra*

 

“Suiza no solo es amiga del Perú: es su aliada ética, su compañera en los desafíos del siglo XXI”

 

La tarde del 14 de agosto, la residencia del embajador Paul Garnier se iluminó con la calidez de una celebración que trascendió lo protocolar: fue un homenaje a la historia, a la amistad y a los valores compartidos entre Suiza y Perú. En el marco del 734° aniversario de la Confederación Helvética, Lima se convirtió en escenario de una velada inolvidable, donde la diplomacia se vivió con música, memoria y afecto.

La agrupación suiza Ladunna ofreció un espectáculo sencillamente espectacular. Con canciones en romanche, el cuarto idioma nacional suizo, evocaron paisajes, tradiciones y emociones que conectaron con la profundidad de los Andes. “Nuestros países son profundamente multiculturales”, expresó el embajador Garnier, visiblemente conmovido: “Así como los Alpes nos definen, los Andes definen al Perú. Y en ambos, esa diversidad es, sin duda, una de nuestras mayores riquezas”.

Un encuentro que honra la amistad y la historia

La recepción tuvo lugar al mediodía, pero su resonancia se extendió más allá de las horas. La música no fue mero entretenimiento: fue símbolo. En medio de la emoción compartida, recordé una frase que siempre me ha parecido reveladora: “Suiza es el país donde la precisión se convierte en virtud, la neutralidad en fortaleza, y la diversidad en identidad.” Esa idea, que bien podría haber sido pronunciada allí mismo, encapsula lo vivido: una nación que ha hecho de su pluralidad una bandera, y de su neutralidad, un puente hacia el mundo.

Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Gualtieri; María del Pilar Barrero y embajador de Hungría, András Beck

El embajador Garnier, con tono cercano y reflexivo, compartió anécdotas personales que revelaron su vínculo profundo con el Perú. “Ya no estoy seguro si me he vuelto más fan del queso suizo o del ceviche limeño”, dijo entre risas, recordando su primer encuentro con la gastronomía peruana. “Si algún día mezclo queso suizo con leche de tigre, será el verdadero símbolo de integración”, añadió con humor.

El canciller Elmer Schialer ofreció un discurso entrañable y lúcido. Recordó su infancia en Suiza, cuando salía con linternas a celebrar el pacto del Rutli. “La Escalada en Ginebra, la sopa caliente que defendió la autonomía… todo eso me marcó. Y hoy, en Lima, siento que esa conexión entre los Alpes y los Andes es más fuerte que nunca”. También destacó el compromiso suizo con la restitución de bienes culturales, la cooperación ambiental y el respeto por la institucionalidad peruana. “Suiza no solo es amiga del Perú: es su aliada ética, su compañera en los desafíos del siglo XXI”, afirmó.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, en uno de los capítulos más nobles de la diplomacia, Suiza representó los intereses peruanos en Alemania, Italia y Francia

 

Con picardía, elogió la fondue del Suiza Club –“la mejor de Lima, después de la que se hace en la residencia del embajador”– y celebró el récord de intercambio comercial: USD 2,700 millones en 2024, con Suiza como tercer destino del oro peruano.

La relación entre Suiza y Perú no es reciente: se remonta a 1876, con vínculos consulares desde 1884. Durante la Segunda Guerra Mundial, en uno de los capítulos más nobles de la diplomacia, Suiza representó los intereses peruanos en Alemania, Italia y Francia, y viceversa.

 

Canciller Schiarer:celebró el récord de intercambio comercial: USD 2,700 millones en 2024, con Suiza como tercer destino del oro peruano.

En tiempos de oscuridad, fue un faro de neutralidad activa, protegiendo vidas, valores y vínculos diplomáticos. Esa historia no solo honra a Suiza: compromete a ambas naciones a seguir construyendo una amistad basada en la confianza, la ética y la solidaridad.

En 1993, Suiza anuló la deuda externa peruana, gesto que marcó una etapa de confianza mutua. Y en 2023, completó la devolución de USD 20 millones confiscados por corrupción, destinados a proyectos de fortalecimiento de las instituciones en la lucha contra la corrupción, reafirmando que la justicia también puede ser cooperación.

Embajador de Marruecos, Amin Chaoudri; canciller Elmer Schialer y César Campos

Hoy, el mensaje es claro y esperanzador: Suiza mantiene su confianza en el Perú como un país democrático, con estabilidad macroeconómica y con gran potencial de desarrollo. Esta afirmación, compartida por el embajador Garnier, resume el espíritu de una relación que no solo mira al pasado con gratitud, sino al futuro con visión compartida. Suiza no solo ha sido socio comercial: ha sido aliada en los momentos cruciales.

A través de SECO (Secretaría de Estado para Asuntos Económicos), apoya proyectos de lucha contra la corrupción, fortalecimiento institucional y de formalización de la pequeña minería y el apoyo a la competitividad del Perú.

Representante de la OEA, Miguel Ángel Trinidad y embajador suizo Paul Garnier

En 2020, se firmó un acuerdo pionero para que Suiza compense parte de sus emisiones de CO₂ mediante proyectos en Perú, convirtiendo al país en referente ambiental. Durante la velada, se firmaron dos convenios clave: Aguas en Emergencias y la fase 2 del proyecto CEELA, que fortalecen la resiliencia peruana ante desastres y promueven construcciones sostenibles.

La exposición fotográfica sobre glaciares, organizada junto al fotógrafo Walter Wust, fue un llamado a la conciencia ambiental. “La belleza natural no es eterna si no actuamos con responsabilidad”, advirtió Garnier.

Comunidad suiza: cimiento de la relación bilateral

Garnier rindió homenaje a la comunidad suiza en el Perú: “La más activa y comprometida que he visto en el mundo”. Reconoció al Colegio Pestalozzi, la Cámara de Comercio Suiza, el Club Suizo, la Asociación Winkelried y a Suzy Spittler, quien entregará la posta a Frédéric Ballet como delegado de los suizos en el Perú.

Suiza ofrece becas de excelencia a investigadores y artistas peruanos a través de SERI, y la Universidad de St. Gallen coordina iniciativas de investigación entre Suiza y América Latina. En 2024, Lima fue sede de la Conferencia Regional de Embajadores Suizos, reafirmando su rol como epicentro diplomático.

 

Ladunna, espectacular

En medio de un discurso que osciló entre la precisión diplomática y la ternura de lo íntimo, el canciller Elmer Schialer se permitió una licencia afectiva: “me atrevería a parafrasear a un gran literato de literatura para niños, en realidad, el mundo D’Amici”.

Con esa frase, que evocaba un imaginario compartido entre amigos, Schialer selló el espíritu de la jornada: un encuentro entre naciones que, más allá de los tratados, se reconocen en la amistad sincera y en la memoria afectiva. “Grawe de D’Amici”, dijo con una sonrisa, como quien invoca un pacto invisible de confianza y cariño.

La celebración fue más que un aniversario: fue un acto de gratitud, una sinfonía de culturas, una reafirmación de valores. En cada nota de Ladunna, en cada brindis, en cada abrazo entre amigos, se renovó el pacto entre montañas. Porque cuando los Alpes y los Andes se miran, nace una amistad que no conoce fronteras.

La Fiesta Nacional en Suiza

El 1 de agosto, Suiza celebró su Fiesta Nacional con fuegos artificiales, música alpina y una atmósfera de unidad que recorrió valles, ciudades y cumbres. La jornada conmemora el Pacto Federal de 1291, considerado el nacimiento de la Confederación Helvética.

En la pradera del Rütli, lugar simbólico de aquel pacto, se realizó una ceremonia solemne con discursos que exaltaron la neutralidad activa, la democracia directa y la diversidad cultural. En todo el país, se encendieron hogueras en las montañas, símbolo ancestral de libertad y comunión.

Una curiosidad encantadora: más de 400 granjas abrieron sus puertas para el tradicional brunch campesino, donde se compartieron quesos artesanales, pan trenzado (Zopf) y mermeladas caseras. En Schaffhausen, las Cascadas del Rin se iluminaron como cada año desde 1920, en un espectáculo natural que deslumbra a miles.

Sin desfile militar central, cada cantón celebró a su estilo, reafirmando el federalismo suizo. Y en las plazas, los niños portaron faroles decorados, evocando la luz de la esperanza.

En Suiza, cada hoguera encendida el 1 de agosto no solo ilumina las montañas, sino también el alma de un pueblo que celebra su libertad con serenidad, pan compartido y música que une corazones.


*Premio Mundial de Periodismo “Visión Honesta 2023”


 

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