OPINIÓN/ “Un equipo de élite para planificar el futuro de la infraestructura del Perú”
Escribe: Alexandre Ridoutt Agnoli
El Perú necesita pasar del anuncio a la planificación real; del discurso al proyecto concreto; y de la improvisación a la institucionalidad.
1.- Diagnóstico
El Perú arrastra décadas de improvisación en el diseño, priorización y ejecución de proyectos de infraestructura. Se anuncian obras sin estudios técnicos sólidos, sin valorizaciones reales de inversión y operación, y sin un análisis integral del impacto económico, social y ambiental. El resultado es visible: corrupción, sobrecostos, paralizaciones, proyectos inconclusos y, peor aún, oportunidades perdidas para el desarrollo nacional.
La reciente participación del Estado peruano en INFRACON 2025, foro donde se promueve la infraestructura y el desarrollo turístico, confirma esta tendencia: se ofrecen proyectos atractivos sobre el papel, pero sin que cuenten con estudios técnicos ni valorizaciones definitivas que garanticen su viabilidad. Se promocionan como vitrinas de inversión cuando, en realidad, muchos no han superado siquiera un nivel serio de preinversión, y el propio Estado desconoce el costo final probable tras las adendas que, históricamente, han caracterizado múltiples concesiones realizadas por PROINVERSIÓN.
II Un caso emblemático: CHINCHERO
Aprovechando el lugar del evento, qué mejor momento para haber presentado un caso de cómo no se deben hacer las cosas: el AEROPUERTO DE CHINCHERO (CUSCO). La concesión fue otorgada sin que existieran estudios de seguridad operacional que aseguraran una operación segura, rentable y con el menor impacto económico posible para el usuario. El emplazamiento elegido, a más de 3,700 msnm, rodeado de orografía compleja y con condiciones climáticas adversas, plantea restricciones técnicas severas para aeronaves comerciales, obligando a limitar carga y pasajeros. Ello encarece los boletos, reduce la competitividad y, posiblemente, compromete la misma operabilidad.
Lo más grave es que nunca se convocó a los principales actores del sector aeronáutico nacional e internacional para evaluar si la infraestructura proyectada sería realmente operable en condiciones seguras. Aun así, autoridades del MTC, DGAC y CORPAC han continuado promocionando su construcción como proyecto emblemático de desarrollo turístico, pese a persistir serias dudas técnicas, económicas y operativas. Chinchero se ha convertido en el símbolo de lo que ocurre cuando se privilegia el anuncio político-comercial sobre la evaluación técnica rigurosa.
III. Un cuerpo técnico independiente, con rango constitucional
Para que el Perú deje de repetir estos errores, se requiere la creación de un cuerpo técnico de élite descentralizado, con visión de Estado y total independencia del gobierno de turno, bajo un diseño institucional similar al del Banco Central de Reserva (BCR): autonomía económica y funcional, inamovilidad de sus directivos y mandato explícito de preservar la estabilidad y sostenibilidad de los proyectos de infraestructura del país.
Su inversión inicial y su costo de operación serían marginales frente a los más de 20,000 millones de soles que se pierden anualmente en corrupción, sobrecostos y paralización de obras. En términos económicos, el ahorro que generaría este cuerpo técnico al evitar errores como Chinchero o proyectos mal diseñados pagaría con creces su sostenimiento.
Además, los proyectos concluidos y aprobados por este organismo, una vez refrendados por el Congreso, tendrían rango de ley. De ese modo, ningún gobierno futuro podría desecharlos o paralizarlos arbitrariamente, quedando habilitados los mecanismos constitucionales de sanción, incluida la vacancia presidencial para el incumplimiento deliberado del plan aprobado. Esto obligaría a dar continuidad a proyectos de interés nacional, garantizando seguridad jurídica para el inversionista y estabilidad para el país.
IV, Creación del SINAPIE
Hoy el CEPLAN cumple un rol estratégico valioso al trazar la visión de país y los lineamientos de desarrollo al 2050, pero carece de la capacidad técnica para convertir esa visión en proyectos de infraestructura listos y blindados contra la corrupción. Esa brecha ha condenado al Perú a repetir la improvisación, el sobredimensionamiento y la paralización de obras. Por ello, la creación del SINAPIE se plantea como el complemento natural y necesario: un organismo autónomo, descentralizado y de élite, encargado de traducir la estrategia en estudios sólidos y proyectos concluidos, listos para ser colocados en la vitrina de ProInversión. En este esquema, CEPLAN fija la brújula, SINAPIE diseña el plano y ProInversión busca quién construya, cerrando así el círculo de planificación que hoy está roto.
El Perú necesita recuperar la capacidad de pensar su futuro y construirlo con cabeza propia. Para ello se propone la creación del Sistema Nacional de Planificación de Infraestructura Estratégica (SINAPIE), un organismo técnico de élite autónomo, con rango constitucional y blindaje político, que:
Elabore un Plan Maestro de Infraestructura Nacional a 50 años (2026–2076), actualizado cada 5 años.
Someta dicho plan a la aprobación del Congreso, reconociéndolo como compromiso de Estado con rango de ley, obligatorio para todos los niveles de gobierno.
Trascienda a los cambios de gobierno al modo del BCR, asegurando continuidad técnica y estabilidad de largo plazo.
Active mecanismos constitucionales de control para el incumplimiento deliberado del plan aprobado, por violación del principio de continuidad del desarrollo nacional.
V. Naturaleza institucional del SINAPIE
El SINAPIE debe concebirse como un organismo constitucionalmente autónomo, con jerarquía equivalente al BCR. Su incorporación a la Constitución garantizará independencia funcional, administrativa y financiera, evitando su adscripción a cualquier ministerio. Estará dirigido por un Consejo de Especialistas con mandatos largos y no coincidentes con los periodos de gobierno, designados parcialmente por el Congreso y el Ejecutivo para asegurar balance institucional.
El SINAPIE tendrá la responsabilidad de elaborar, actualizar y hacer de cumplimiento obligatorio el Plan Nacional de Infraestructura Estratégica, rindiendo cuentas únicamente al Congreso de la República mediante informes periódicos. De este modo, se blindará contra la captura política y se consolidará como ente rector de la planificación de largo plazo, asegurando continuidad técnica y estratégica en las inversiones públicas y privadas.
Arquitectura operativa
-
a) Sede Central Nacional
-
Consejo General y Consejos Técnicos por sectores: salud, educación, transporte, energía, aeropuertos, puertos, agua, saneamiento, digital y otros.
-
Centro de modelación y simulación con acceso a imágenes satelitales, sistemas GIS, big data y proyecciones demográficas y económicas.
-
Banco Nacional de Proyectos Estratégicos, con estudios de factibilidad, costos referenciales y cronogramas.
-
b) Sedes Regionales
-
Oficinas modernas en cada región o macrorregión.
-
Capacidad para levantar información territorial, diagnosticar brechas y retroalimentar el plan nacional.
-
Personal reducido, pero altamente calificado, vinculado digitalmente a la sede central.
-
c) Cuerpo Técnico de Élite
-
Selección mediante convocatoria pública nacional entre los mejores profesionales en ejercicio y egresados de universidades públicas y privadas.
-
Filtros rigurosos de mérito técnico, ética, integridad y compromiso social, incluyendo pruebas de valores, evaluaciones psicométricas y herramientas modernas de verificación.
-
Becas para maestrías o especializaciones en universidades líderes del mundo.
-
Áreas prioritarias: planificación territorial, diseño de hospitales, aeropuertos, carreteras y puertos; planificación urbana; sostenibilidad ambiental; gestión de proyectos complejos; infraestructura digital, logística y otros