El Poder Ejecutivo designó hoy a Edward Víctor Alberto Tovar Mendoza jefe de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat). De esa manera, el actual gobierno designó al quinto jefe de la entidad una cifra que triplica el promedio histórico y que, según especialistas, afecta la estabilidad y continuidad de las políticas tributarias y aduaneras.
Abogado tributarista asumirá la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria tras la aceptación de la renuncia de Marilú Llerena Aybar
Mediante Resolución Suprema N° 030-2025-EF, publicada hoy en el diario oficial El Peruano, se oficializó la designación de Edward Tovar Mendoza como jefe de la Sunat.
En los considerandos de la norma se recuerda que el jefe de la Sunat es designado por la Presidencia de la República, con acuerdo del Consejo de Ministros y a propuesta del ministro de Economía y Finanzas.
Asimismo, vía Resolución Suprema N° 029-2025-EF, se aceptó la renuncia de Marilú Haydeé Llerena Aybar como jefa de la Sunat, dándosele las gracias por los servicios prestados.
Ambas resoluciones supremas fueron rubricadas por la presidenta de la República, Dina Boluarte Zegarra, y el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes.
Cabe recordar que desde el año 2001, con Alejandro Toledo en la presidencia, hasta el gobierno de Pedro Castillo en 2022, la Sunat tuvo 13 superintendentes en siete gestiones, lo que equivale a un promedio de casi dos jefes por mandato.
En la gestión de Alan García hubo rotación en la jefatura: Nahil Hirsh continuó hasta 2007 y luego asumió Laura Berta Calderón (2007–2008) —cerca de 1 año— y, más adelante, Manuel Velarde Dellepiane (2009–2010) —cerca de 1–2 años—. Finalmente, Nahil Hirsh volvió a ocupar el cargo en 2010–2011 para un segundo periodo corto (aprox. 1 año).
El gobierno de Ollanta Humala tuvo dos superintendentes: Tania Lourdes Quispe Mansilla (2011–2015), quien cumplió un mandato relativamente largo de unos 4 años, y Víctor Martín Ramos Chávez (2015–2016), que ejerció interinamente hacia el final del periodo, por unos meses hasta la llegada del siguiente gobierno.
Durante la gestión de PPK la SUNAT estuvo a cargo de Víctor Shiguiyama Kobashigawa (2016–2018), quien permaneció en el cargo por aprox. 2 años.
Mientras que en la administración de Martín Vizcarra la jefatura recayó en Claudia Suárez Gutiérrez (2018–2020), que ejerció como superintendente por cerca de 2 años. En marzo del 2020, designó a Luis Enrique Vera Castillo en el cargo.
En el gobierno de transición de Francisco Sagasi, Luis Enrique Vera Castillo fue ratificado y se mantuvo como jefe de SUNAT, iniciando un periodo que se prolongaría hasta 2024 .
Durante el gobierno de Pedro Castillo no hubo cambio de superintendente: Luis Enrique Vera Castillo continuó como titular de la SUNAT, manteniendo la conducción institucional. Su periodo acumulado (inicio en 2020 y continuidad hasta marzo de 2024) representa aprox. 4 años en total, abarcando los gobiernos de Sagasti, Castillo y parte del de Dina Boluarte.
Alta rotación
La administración tributaria es la encargada de garantizar que el Estado disponga de los recursos necesarios para ejecutar sus políticas públicas. En el centro de esta labor se encuentra el superintendente de la SUNAT, máxima autoridad ejecutiva que lidera la recaudación de impuestos, el control aduanero y la lucha contra delitos como el contrabando y la defraudación tributaria.
El abogado tributarista David Zamora advirtió esta mañana en conversación con RPP que “cada cambio trae consigo nuevos enfoques, prioridades y estilos de gestión, lo que puede generar inestabilidad en la planificación de políticas de mediano y largo plazo”. Subrayó que la alta rotación afecta directamente proyectos estratégicos, entre ellos la digitalización de procesos, la modernización aduanera y la lucha contra la evasión.
Finalmente, el especialista sostuvo que “la SUNAT es una institución altamente técnica que requiere consistencia y liderazgo sostenido”.
En su opinión, la sucesión frecuente de superintendentes debilita la confianza de contribuyentes, inversionistas y de la comunidad internacional, y advirtió que “si los cambios en el liderazgo son constantes, se pierde visión estratégica y se retrasa la consolidación de reformas”.