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OPINIÓN/ El precio de no gestionar (adecuadamente) el diálogo: lecciones del caso Lupaka Gold vs Perú

Escribe: Luis Oré Ibarra

El verdadero desafío ahora es construir capacidades institucionales e interpersonales para prevenir conflictos antes de que lleguen a la arena internacional. Eso implica profesionalizar la gestión del diálogo

 

El reciente laudo del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) en el caso Lupaka Gold vs. República del Perú (ICSID ARB/20/46) ha dejado en evidencia algo más profundo que un error jurídico o una derrota económica. Nos revela, con crudeza, las consecuencias de no gestionar adecuadamente los procesos de diálogo, de carecer de capacidades institucionales para transformar conflictos y de no asegurar la viabilidad social de los proyectos de inversión.

El tribunal concluyó que el Perú violó sus obligaciones internacionales de protección plena y seguridad y de trato justo y equitativo hacia la empresa minera canadiense Lupaka Gold. La causa inmediata: la inacción del Estado frente a un conflicto local con la comunidad campesina de Parán, que en 2018 bloqueó el acceso al proyecto Invicta. Pero más allá del tecnicismo jurídico, este caso es una alerta sobre cómo la falta de capacidades para gestionar relaciones con comunidades y prevenir conflictos socioambientales puede derivar en consecuencias internacionales, reputacionales y financieras de gran magnitud.

Del conflicto local al arbitraje internacional

El conflicto entre Lupaka y la comunidad de Parán nació de la desconfianza, la falta de diálogo efectivo y la ausencia de un proceso de construcción de consenso genuino. En lugar de un espacio de conversación estructurada, facilitada y con reglas claras, se impuso la lógica del bloqueo, la descoordinación institucional y la reacción tardía del Estado.

El error estructural del Estado peruano no fue únicamente jurídico, sino de gestión pública y gobernanza del territorio. Las instituciones encargadas de manejar la relación entre comunidades y proyectos extractivos carecen de metodologías, liderazgo y capacidades técnicas para transformar el conflicto en oportunidad de acuerdo. El resultado fue que un problema que debió resolverse con diálogo y facilitación terminó resolviéndose en un tribunal internacional, con un costo superior a 65 millones de dólares para el país.

Cuando el diálogo se improvisa, el costo lo asume el Estado

Desde la perspectiva de la negociación y la construcción de consenso, este caso demuestra lo que ocurre cuando los procesos de diálogo son improvisados, reactivos y desarticulados. Un verdadero proceso de diálogo social no se reduce a convocar mesas de trabajo o comisiones temporales; requiere diseño, facilitación profesional, legitimidad y seguimiento.

El Perú ha avanzado en reconocer la necesidad del “diálogo” en los conflictos socioambientales, pero sin institucionalizarlo ni dotar de capacidades reales a quienes lo conducen. Y sin aplicar de manera obligatoria, consistente y alineada en todos los sectores del Poder Ejecutivo, regiones y gobiernos locales los “Lineamientos y protocolos para la intervención del Poder Ejecutivo, Gobiernos Regionales y Locales, en materia de gestión social y diálogo” aprobado por Resolución de Secretaría de Gestión Social y Diálogo N° 008-2021-PCM/SGSD el 7 de agosto del 2021.

Y, además, sin hacer de público acceso, programa de fortalecimiento de capacidades “Gestión y Transformación de Conflictos – Ciclo de Formaciones SGSD-PCM desarrollado en el 2021. Cuando el Estado no tiene equipos lo suficientemente preparados en metodologías de facilitación de diálogo, construcción de consenso, negociación basada en intereses, evaluación de actores, intereses y situación, búsqueda conjunta de información y gestión colaborativa, las mesas de diálogo se convierten en escenarios de desgaste, no de transformación.

En este caso, la falta de una gestión estratégica de la relación empresa–comunidad–Estado permitió que un conflicto social local terminara siendo interpretado como una falla de protección estatal en el marco del derecho internacional de las inversiones.

Lecciones para el Estado peruano

  1. Fortalecer la institucionalidad del diálogo

    El país necesita pasar del “diálogo político” al diálogo técnico y estructurado, basado en metodologías de negociación colaborativa y consenso. El Estado debe contar con equipos intersectoriales capacitados para diseñar y facilitar procesos preventivos, antes de que los conflictos escalen.

  2. Desarrollar capacidades en transformación de conflictos

    La gestión pública requiere incorporar competencias en análisis de conflictos, mediación, escucha activa, manejo de percepciones y generación de acuerdos sostenibles. Esto no se improvisa: requiere formación, práctica y acompañamiento técnico.

  3. Alinear marcos normativos y práctica institucional

    La desconexión entre lo que el Estado dice reconocer (derechos de comunidades campesinas e indígenas) y lo que realmente entiende y aplica fue determinante en este caso. La falta de coherencia jurídica y operativa genera vulnerabilidad internacional y pérdida de credibilidad.

Lecciones para las empresas e inversionistas

Las empresas también deben asumir que la viabilidad social es tan importante como la viabilidad técnica o financiera. En contextos multiculturales y complejos, no basta con obtener permisos legales o cumplir con estándares ambientales: es necesario construir confianza, legitimidad y acuerdos duraderos con las comunidades y autoridades locales.

  1. Fortalecer las capacidades de negociación y gestión de partes interesadas

    Las compañías deben invertir en mejores procesos de involucramiento (stakeholder engagement processes), análisis sistemático de actores, identificación temprana de riesgos y estrategias de diálogo sostenibles.

  2. Prevención y gestión proactiva de conflictos

    Esperar a que el conflicto estalle es costoso. Los equipos de relaciones comunitarias deben ser profesionales en negociación y mediación, con apoyo externo cuando sea necesario, para diseñar procesos colaborativos desde la etapa de exploración.

  3. Transparencia y corresponsabilidad

    Los inversionistas deben comprender que la legitimidad social no se compra, se construye. La relación con las comunidades no puede basarse en transacciones económicas sino en procesos de entendimiento mutuo, reconocimiento y acuerdos de beneficio mutuo.

Un nuevo paradigma para la gobernanza de la inversión

El caso Lupaka Gold vs. Perú no es solo una derrota jurídica; es un llamado urgente a repensar la forma en que el país gestiona sus relaciones con las comunidades y las inversiones. Las consecuencias del laudo trascienden lo económico: afectan la reputación del Perú como destino de inversión responsable y confiable.

El verdadero desafío ahora es construir capacidades institucionales e interpersonales para prevenir conflictos antes de que lleguen a la arena internacional. Eso implica profesionalizar la gestión del diálogo, fortalecer la coordinación entre niveles de gobierno y fomentar una cultura de negociación colaborativa en todos los actores: Estado, empresas y comunidades.

Finalmente, es importante reflexionar que el costo del laudo Lupaka no solo se mide en más de 65 millones de dólares, sino en la oportunidad perdida de haber transformado un conflicto en consenso y desarrollo. Mientras no aprendamos a gestionar el desacuerdo con método, empatía y estrategia, seguiremos pagando el precio de los conflictos mal manejados. El reto es pasar de reaccionar a prevenir e imponer a cambiar de paradigmas para co-crear, y de perder arbitrajes a construir consensos con acuerdos sostenibles que den viabilidad social y legitimidad a la inversión.


Luis Oré es mediador y consultor internacional en negociaciones, procesos de consenso y stakeholder engagement, Presidente 2010-2011 de la Sección Internacional de la Association for Conflict Resolution (EE.UU.), Vice-Presidente 2011-2012 del Comité de Inversiones y Desarrollo Internacional de la American Bar Association (EE.UU.), Senior Partner del Consensus Building Institute (EE.UU.), Fundador de ORASI Consulting Group (EE.UU.), socio gerente de Estrateus Consultores (Peru), consultor-mediador con Mediators Beyond Borders International, Presidente de la Cumbre Internacional de Paz MBBI Lima 2025, y autor de libro Consensus Building: Proceso de Construccion de Consenso.


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