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OPINIÓN/ Dua Lipa

NO ATRACO

Escribe: Elmer Barrio de Mendoza

 

La Generación Z es nada, se diluirá pronto en lo que no es. La edad cumple su papel y el almanaque no retrocede.

La dizque Generación Z estuvo anoche en San Marcos, pero no alistándose para una marcha sino para delirar con Dua Lipa. Es probable que algunos marchantes, a la vez que delirantes, constituyan una interesante intersección. Quizá digna de algún tipo de estudio.

Recuerdo 1971 y rememoro un episodio similar. Vino Santana, en pleno apogeo, y también el Estadio de San Marcos iba a ser el escenario de su presentación. Al final, el gobierno expulsó a Santana del Perú y no pocos jóvenes se quedaron con su entrada en el bolsillo.

Lo sé porque yo fui uno de ellos. Autoproclamado izquierdista (moderadísimo por cierto) tenía mi entrada en ristre para escuchar Zamba pa ti y también Evil Ways y Oye cómo va. Acudo a mi memoria porque, entre otras cosas, no tengo idea de qué canta Dua Lipa.

Lo que quiero decir es que Dua Lipa convocó a muchos más representantes de la Generación Z, que cualquiera de las movilizaciones a que llamaran sus presuntos dirigentes en el último mes y medio.

Aquí la Generación Z pretende ser de izquierda, en México la imputan de derecha. Ni lo uno ni lo otro. La Generación Z está con Dua Lipa o con Taylor Swift o con Olivia Rodrigo o no sé con quién.

La Generación Z es nada, se diluirá pronto en lo que no es. La edad cumple su papel y el almanaque no retrocede. Quienes hoy se autoatribuyen la representación juvenil, pronto serán adultos y perderán el entusiasmo o la vocación violenta. No todos, por supuesto, pero Dua Lipa (o cualquiera como ella) será su karma.

Tiene suerte Jerí. No la tiene Vizcarra, que va preso. No creo que tampoco la tenga Castillo, que ya lo está. Tampoco Dina, que cree que puede aspirar a una pensión vitalicia (no le basta el odio que ya había acumulado, quiere más). Sospecho que tampoco Delia Espinoza la tendrá.

Y ahora viene la feria de candidatos. El menú es abundante pero la comida es mala. Salvo que alguien sorprenda. Pasadas las fiestas de fin de año, veremos si aparece alguien digerible. Después del pavo, el lechón o el pollito, va a ser difícil.

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