Últimamente el espacio global de la comunicación y la información se está convirtiendo en uno de los puntos de ebullición en el proceso del enfrentamiento geopolítico global. Se ha desencadenado toda una guerra de propaganda y de difamación, creando una imagen enemiga de Rusia ante la comunidad internacional e intentando desviar la atención de la gente de los problemas internos y globales crecientes. La “faena” se lleva en dos direcciones: la divulgación a gran escala de falsificaciones y la privación de Rusia de la posibilidad de transmitir su punto de vista a la comunidad internacional. La prensa rusa está bloqueada, el acceso a los medios rusos en los países occidentales está restringido, degradan nuestros resultados de búsqueda.
Esta guerra no comenzó en febrero de 2022 ni en 2014, sino mucho antes, en cuanto Rusia empezó a ganar posiciones en el ámbito internacional y económico convirtiéndose en un actor influyente, que defiende con firmeza sus intereses nacionales.
Desde el año 2020 nuestros medios de comunicación en los países occidentales están sujetos a una censura sistemática. Los gigantes tecnológicos internacionales, como Google, Facebook y Twitter, participan activamente en dicho acoso. Comenzaron introduciendo el etiquetado «la publicación está controlada por el gobierno de Rusia», y terminaron bloqueando las cuentas de los medios de comunicación, de políticos y de otras figuras públicas. En más de 30 países, incluyendo EE.UU., Gran Bretaña y países europeos, los periodistas rusos están sujetos a una grave discriminación.
Lamentablemente, el eco de este enfrentamiento a gran escala recorre el espacio informativo peruano, aunque cabe señalar que aquí los materiales se presentan de una manera más equilibrada. Sin embargo, algunos medios no dejan de sorprendernos. Estamos siguiendo con interés las transmisiones de Geomundo en TVPerú. Un día el presentador cita a uno de los líderes de la Cancillería ucraniana quien da vista buena a los ataques terroristas cometidos por el régimen de Kiev contra los rusohablantes de Ucrania, la única culpa que tienen que solo quieren decidir su propio destino. El otro día declara que al ejército ruso supuestamente reclutan a las personas de hospitales psiquiátricos y que cumplen una pena de prisión. Estos son solo algunos ejemplos.Para la próxima edición podemos sugerir como el tema para el próximo programa que yeti y extraterrestres también están luchando en las filas de las fuerzas armadas rusas.
El resultado de todo esto es triste: la coacción de la libertad de expresión lleva a descerebramiento de la sociedad a favor de los intereses estrictamente egoístas de líderes de algunos países que han decidido que tienen derecho a imponer su opinión a toda la comunidad internacional.