NICARAGUA: ORTEGA ENCARCELA A OPOSITORES Y GANA 100% DE ALCALDÍAS

La dictadura nicaragüense reprime y manipula a las bases con dádivas y bonos de alimentos. Defensor de los derechos humanos dice que fue una “consulta a la cubana” que ya se empieza a exportar a distintos países de América Latina 

 

 

Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo se adjudicaron el 100% de las alcaldías del país, en una de las elecciones más fraudulentas, con un abstencionismo del 82.7% y con una participación de apenas el 17.33%.

 

La dictadura nicaragüense de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo se adjudicaron el 100% de las alcaldías del país, en una de las elecciones más fraudulentas, con un abstencionismo del 82.7% y con una participación de apenas el 17.33%.

Agustín Antonetti, de Relaciones Internacionales de Human Right, para América Latina, confirmó que entre los participantes no hubo ningún candidato opositor a la dictadura de Ortega-Murillo, porque todos fueron encarcelados y actualmente están confinados en “casas de torturas”.

“El partido de Daniel Ortega ganó en el 100% de todos los lugares; las de este domingo fueron unas elecciones a la cubana, un modelo que ya empieza a exportarse a distintos países de América Latina, donde los dictadores manipulan a las bases (con dádivas o bonos alimenticios) o reprimiéndolas para mantenerlas bajo su control.»

Observadores independientes dijeron que «la tiranía perpetró una nueva farsa electoral, con la exclusión de la oposición y el encarcelamiento de líderes políticos”.

Oficialmente, el Consejo Supremo Electoral asignó el 100% de las alcaldías del Frente Sandinista de Liberación Nacional, partido que encabeza Daniel Ortega.

En el caso de las alcaldías de Murra y El Almendro, que en las municipales de 2017 fueron ganadas por el partido Ciudadanos por la Libertad y asaltadas este año por la policía política de la dictadura, ahora serán administradas por el gobierno, como ocurrirá en el resto de jurisdicciones.

 

El organismo Urnas Abiertas informó de un abstencionismo de 82.67% y con una participación de 17.33%.

“Este año se documentó una estrategia de coacción del voto sin precedentes, las personas fueron controladas y vigiladas una a una, para garantizar para garantizar que asistieran a las urnas junto a sus familiares. Por otra parte, también se tuvo información de un gran número de personas que asistieron a votar por miedo de las represalias que podía significar la evidencia de que no fueron a votar”, denunció Ligia Gómez de Urnas Abiertas.