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AUTOS PARA LA VIDA

Gustavo Blanco Ocharan

gblancociticars@gmail.com

Auto, prefijo proveniente del griego que sugiere hacer algo por uno o para uno mismo; en este sentido, cualquier acción que queremos emprender u objetivo que deseamos alcanzar descansa en nuestra propia voluntad, decisión y acción.

Ser consciente de los innumerables autos que podemos manejar nos empodera para desarrollar una vida proactiva, desechando todo tipo de excusas, renunciando al papel de víctima, evitando postergar las decisiones, simplemente siendo consciente y específicamente fluyendo, permitiendo simplemente que nuestro verdadero ser emerja y viva.

A continuación te expongo algunos autos extraídos del libro “Mis mejores autos: un manual de vida” que pueden activar tu despertar espiritual.

Autoconocimiento.

Es el auto de la sabiduría porque la búsqueda de la verdad descansa en nuestro interior. Debemos ser conscientes que somos materia organizada en un cuerpo físico que contiene la energía vital de nuestro ser esencial.

La frase “conócete a ti mismo” en el oráculo de Delfos, simboliza el secreto más lúcido y vigente que la filosofía clásica nos legó para descubrir el potencial que habita en nuestro interior. Es importante dentro del Autoconocimiento considerar los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales, como ejes centrales interrelacionados que permanentemente se nutren y complementan.

Autovaloración

La primera persona que debes aprender a amar y respetar es tu propio ser; la autovaloración se vincula directamente con la autoestima, el amor propio ajeno a cualquier egoísmo vibra en la dimensión pura de la consciencia.

El principio espiritual sugiere que te convertirás en aquello que creas, pienses y sientas. Cotízate alto, valorízate fuerte, No te infles, pero tampoco te menosprecies. Todo en su justo medio.Agrega valor en todo lo que hagas, marca la diferencia, corre la milla extra. Termina lo que comienzas. Desarrolla la excelencia. Supérate a ti mismo, sé proactivo, asertivo y generoso. Eres un artículo único, por lo tanto, valioso.

Autoconfianza.

Es el auto de la fe, para tener fe hay que creer; no existen manifestaciones sobrenaturales, vale decir milagros, sin el componente de la fe. Sé consciente del poder de la fe y la oración. Evalúa tus actuales creencias y convicciones.

Revisa el valor de tus pensamientos, procura que siempre sean positivos; finalmente, solo tú decides el sentido de tu atención. Utiliza tu imaginación para construir tu propia realidad favorable. Plantéate enormes expectativas, deja volar tus sueños. Créete victorioso, invaluable, único y deja que tu potencial y tus acciones construyan una verdadera profecía auto cumplida.

Recuerda que en lo que piensas te convertirás; piensa positivo siempre, eso es lo que atraes. Edifica al prójimo alimentando sus expectativas nunca destruyéndolas. El mundo de lo real es el mundo de lo posible, en el mundo del ideal se hace realidad lo imposible. Nútrete y muévete en ambos mundos, No te limites. En el mundo espiritual no hay límites.

Utiliza a tu favor el poder de tus propias expectativas, condiciona tu mente, al final, la realidad, también es una verdad en construcción, una ilusión que tú bien puedes generar, recrear y moldear.

Autocontrol.

Es el auto del equilibrio. Toma consciencia que la naturaleza y el universo siempre están en equilibrio. Un organismo sano, es un organismo equilibrado. Todo en exceso te hará daño, tanto los pensamientos como los sentimientos se pueden inducir, procesar y controlar.

El Autocontrol te permite poner todo en perspectiva. El Ser, tu Ser está por encima del qué hacer; nadie te hace feliz o infeliz, tú eres o no eres feliz, tú eres quien permite como una persona o circunstancia te afecta. Maneja el estrés con equilibrio y sabiduría. Ser feliz es una elección. Si manejas las circunstancias únicamente desde el ego, tarde o temprano, estarás abrumado por el vacío; si procesas tus experiencias desde la consciencia, abrirás tu vida a la tranquilidad y la plenitud.

El autocontrol implica conocimiento y dominio propio. Observa, medita y busca el silencio para aquietar tu espíritu. El autocontrol no afecta tu libertad, al contrario es una forma, un mecanismo que te posibilita no perderla.

Evita tomar las cosas de manera personal, en última instancia, únicamente eres tú quien permite que otras personas, hechos o circunstancias te afecten. Recuerda que todo, absolutamente todo, pasará.

 

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