tenemos que juntarnos quienes no cerramos los ojos frente al abuso y la impunidad para sacar adelante a nuestra Patria y seguir presionando un indispensable adelanto de elecciones generales
Sin verguenza, una coalición de congresistas de diferentes orígenes y bancadas, demostró esta semana por qué la aceptación y credibilidad del Congreso -el primer Poder del Estado- están por los suelos, al elegir como Defensor del Pueblo a un personaje entre cuyos méritos se encuentra el de haber sido abogado de Vladimir Cerrón y militante de Perú Libre así como de otros cuatro o cinco partidos políticos y movimientos regionales y que, sin duda, ha sido ahí colocado no para defender al pueblo sino a los corruptos intereses de sus electores.
No contentos con esta demostración de inmoralidad, el siguiente paso fue blindar a cuatro de los famosos “niños” de Acción Popular, siniestros personajes que sirvieron en una suerte de organización criminal
al hoy preso y golpista Pedro Castillo y que hace rato deberían estar en la cárcel para ejemplo de todos los peruanos.
Está bien claro que, elección tras elección, el Congreso de la República ha ido cuesta abajo en la rodada recogiendo en sus curules, en forma creciente, a una impresentable fauna de oportunistas e ignorantes que entran en política con la firme convicción de que el Estado peruano es un botín y que podrán llenarse los bolsillos con dinero de todos los peruanos, con absoluta impunidad.
Por los antecedentes del nuevo “Defensor del Pueblo” está claro que no sólo no sabe donde está parado en la defensa de los Derechos Humanos que es su tarea principal sino que se corre un alto riesgo de que caiga en manos de los caviares quienes han manejado la Defensoría desde su fundación y constituyen una mafia que pretenderá preservar con uñas y dientes su influencia y privilegios en dicha institución cuyo caviarizado sindicato bloqueó durante buen tiempo, por la vía judicial, la designación del Defensor por parte del Congreso.
Ya era hora que a los caviares se les expeliera de la Defensoría del Pueblo, tal como se hizo en el Tribunal Constitucional y en la SUNEDU, pero no a través de de un oscuro pacto político contra natura que envuelve a fujimoristas, cerronistas, acciopopulistas y otros que en apariencia no tienen puntos de coincidencia pero que en la práctica no tienen escrúpulos cuando se trata de la repartija.
Según Stuart Mill, ”los hombres malos no necesitan para lograr sus objetivos nada mas que que los hombres buenos se hagan de la vista gorda y no hagan nada”.
En el Perú, tenemos que juntarnos quienes no cerramos los ojos frente al abuso y la impunidad para sacar adelante a nuestra Patria y seguir presionando un indispensable adelanto de elecciones generales que, con tiempo para crear una conciencia colectiva sobre la necesidad de una Revolución Pacífica en democracia, nos libere de corruptos y comunistas.
(*) Presidente de Perú Acción
Presidente del Consejo por la Paz