LUCAS GHERSI PIDE ALIANZAS DE PARTIDOS CONTRA LA DISPERSIÓN DEL VOTO
El constitucionalista sostiene que la gran tragedia del Perú es el caudillismo, y la dispersión del voto nuestra maldición que da como resultados que advenedizos como Pedro Castillo Terrones terminan ganando las elecciones
“Si cada uno (partido) baila con su propio pañuelo va a ser una catástrofe”.
El abogado constitucionalista Lucas Ghersi sostuvo que la “tragedia del Perú es el caudillismo, y la dispersión del voto nuestra maldición”, al plantear que en el país se debería incentivar la política de alianzas e instar al Congreso de la República a ponerse a la altura y aprobar las reformas políticas necesarias.
“Si llegamos a elecciones sin una reforma política va a ser muy negativo, ante lo cual todos deberíamos promoverlas, ya sea como sociedad civil, desde las universidades, cámaras de comercio y gremio, lo cual supone un debate nacional”, señaló Ghersi en BaellaTalks vía CanalBpe, que conduce el comunicador Alfonso Baella.
En este sentido consideró que en lugar de tener una izquierda o una derecha más o menos institucional, tenemos un montón de caudillo, es decir un voto ultradisperso, y un voto así (disperso) hace que los dos candidatos que pasan a segunda vuelta tengan un porcentaje muy bajo.
Ghersi, quien ejerce la docencia universitaria de derecho constitucional y análisis económico del derecho, en diversas universidades, agregó que la dispersión del voto hace que un advenedizo como Pedro Castillo Terrones pueda terminar ganando las elecciones.
Por eso, “debemos luchar y plantear propuestas porque la dispersión del voto es la maldición del Perú”, enfatizó.
En este sentido, señaló que se debe premiar en vez de castigar las alianzas entre las organizaciones políticas, porque, por ejemplo, lo que ocurre hoy día es si un partido corre solo, la valla electoral es de 5 por ciento, pero si va en alianza sube al 6 por ciento, lo que, evidentemente, es un castigo. “Si cada uno (partido) baila con su propio pañuelo va a ser una catástrofe”.
Al graficar su propuesta, el constitucionalista consideró que debe ser al revés; es decir, «que la valla electoral comience en nueve o diez por ciento; si se juntan dos partidos esta debe bajar al ocho o siete por ciento, o a seis por ciento si se juntan tres organizaciones y así sucesivamente: es decir el sistema debe premiar, incentivar, por no decir obligar a la práctica de las alianzas políticas”.
“El adelanto de elecciones no es una figura constitucional…”