Necesitamos el adelanto de elecciones, no para satisfacer a los voraces marxistas de todos los pelajes, sino para que el pueblo elija un gobierno que enrumbe al Perú
No me cabe la menor duda que la pequeña banda de desembozados caviares que se trepó al carro de “fuera Dina, cierren el Congreso, viva la Asamblea Constituyente y libertad para Pedro Castillo” en la fracasada “Toma de Lima” se fue directamente de la plaza 2 de Mayo al Central -el mejor restaurant del mundo, orgullo del Perú- a celebrar con la plata de todos los peruanos, que ganan con sus asesorías, su importantísima participación de cuatro gatos en dicho evento organizado por el extremismo marxista (me olvidaba: previo selfie).
Los caviares son así: fungen de demócratas sociales, reniegan en sus cocteles en hoteles de 5 estrellas de su origen marxista, se aúpan a cualquier carro que sirva a sus intereses crematísticos y constituyen un lobby sinuoso y eficiente que hace años vive a cuerpo de rey de sus asesorías estatales y de la cooperación internacional. Hoy están desesperados porque la mamadera se les está acabando.
En otras ubicaciones de la fallida “Toma” se encontraban los extremistas, los que organizaron el fallido evento, los que iban a movilizar a todo el Perú -al estilo maoísta, del campo a la ciudad- para capturar a la centralista Lima y crear un nuevo orden totalitario y tuvieron que contentarse con un mitin local en compañía de sus veletos socios caviares y de gente que, legítimamente pero engañada, concurrió en protesta contra el gobierno inepto de Boluarte y los miembros impresentables del Congreso.
Los organizadores, según parece, se quedaron sin dinero porque, como acostumbran los rojos, se lo repartieron en menesteres más personales que comprar conciencias y trasladarlas en omnibus bien avituallados a la capital de la República como hicieron en las dos ocasiones anteriores. Esta vez hay que destacar -sin perjuicio de que Boluarte y el Congreso deben irse el año entrante- la acción policial que controló a una turba mayoritariamente desmotivada pese a los esfuerzos de sus cobardes y ocultos azuzadores.
Una raya más al tigre, pero felizmente de pequeña escala, de los esfuerzos de los rojos por desestabilizar la democracia aprovechando el caldo de cultivo de un régimen ineficiente y de un Congreso con 91 por ciento de desaprobación lo cual va a persistir en la medida en que no existe propósito ni capacidad de enmienda ni del uno ni del otro y, por el contrario, pretenden paralizar al país hasta culminar su período el 2026.
Necesitamos el adelanto de elecciones, no para satisfacer a los voraces marxistas de todos los pelajes, sino para que el pueblo elija un gobierno que enrumbe al Perú por los caminos del desarrollo y la justicia social.
(*) Presidente de Perú Acciòn Presidente del Consejo por la Paz
