INSTITUCIONES IDEOLOGIZADAS ¡NO!

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

 

el Estado peruano ya debería tomar una decisión, con mayor rigor, y evaluar los fallos que van en contra del propio Estado y de todos los peruanos y no negociar las indemnizaciones, ni aceptar tan fácilmente los fallos, sin tener una defensa férrea.

 

En los últimos días de la semana que paso, la noticia quizás más irritante, ha sido la demanda presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el sentenciado por terrorismo, Polay Campos, líder en su época del movimiento terrorista MRTA, el cuál causo mucho dolor a la sociedad peruana por el grado de violencia con el que actuaba.

Pero más allá de este hecho que ha indignado a muchos peruanos y ha dividido opiniones en nuestra sociedad es que, ya desde hace algunos años, este tipo de instituciones supranacionales, han buscado ser una instancia jurisdiccional suprema con efecto vinculante, para resolver casos de violación de derechos humanos desde una línea ideológica sesgada y equivocada.

Muchos de los casos, que se han ventilado en este fuero, han venido de nuestro país, habiendo ganado la parte demandante con lo que el Estado peruano, ha pagado muchas indemnizaciones, sacrificando los fondos del heraldo público, para beneficiar a personas que en base a un pensamiento equivocado creían que reivindicaban su causa y hacía “justicia social”.

Otro caso emblemático para nuestro país, fue el caso de los héroes de Chavín de Huanta, para muchos juristas de corte socialista o izquierdista existieron excesos en la recuperación de la embajada y rescate a los rehenes, sin embargo, ha sido reconocida como una estrategia militar impecable, por muchas escuelas militares, por lo que los hechos por los cuales se le responsabilizo al Estado peruano en aquella sentencia, fueron excesos ideológicos.

Pero volviendo a nuestro presente el caso actual, que ha llamado la atención de todos los peruanos, quizás si extraemos la connotación del personaje son uno de los tantos que han pasado por la Corte y han sido favorables para los demandantes.

En ese sentido el Estado peruano ya debería tomar una decisión, con mayor rigor, y evaluar los fallos que van en contra del propio Estado y de todos los peruanos y no negociar las indemnizaciones, ni aceptar tan fácilmente los fallos, sin tener una defensa férrea.

Esperamos con expectativa el desenlace de este nuevo caso presentando ante la corte y que tenga un final favorable a nuestro país, porque instituciones ideologizadas No necesitamos en nuestras democracias.