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RODRÍGUEZ: «DUEÑO DE CASA DE SARRATEA NO TENÍA ORDEN DE CAPTURA INTERNACIONAL Y SERÍA DEPORTADO A MÉXICO»

El abogado penalista Julio Rodríguez se refirió a la situación de Alejandro Sánchez Sánchez, dueño de la casa de Sarratea, donde el expresidente Pedro Castillo sostuvo una serie de reuniones extraoficiales, y precisó que si bien sería expulsado del país, lo más probable es que sea deportado a México. Peor aún, reveló que tampoco tenía orden de captura internacional vigente, pues Interpol la había rechazado.

 

no ha tenido una orden de Interpol. Si hubiese obtenido un sello de ingreso a Estados Unidos desde México, no habría sido objeto de deportación, ni expulsión

 

«Hay que destacar que es una situación bien sui generis. Sánchez Sánchez, extrañamente, ingresa de manera regular a Estados Unidos por México, pero cuenta con visa americana. Entonces su situación es peculiar porque el ingreso irregular es por no tener sellado el pasaporte de salida de origen. Eso cambia la situación totalmente, porque está en una prisión de migraciones y ahí el procedimiento está orientado a que salga una sentencia de deportación que incluya como resultado una orden de expulsión del país», dijo esta mañana en  RPP.
«Lo lamentable es que la regla en los Estados Unidos es que las personas que son objeto de un procedimiento de deportación con orden de expulsión lo sean al lugar de donde vinieron. En este caso, lo más probable es que lo devuelvan a México», agregó.

Interpol rechazó pedido de captura internacional

Además, Rodríguez comentó que Sánchez Sánchez  no contaba con una orden de captura internacional, ya que Interpol consideró que se trataría de un caso político sobre el que no tiene injerencia.
«Interpol, en el caso de Sánchez Sánchez, después de haber sido requerida por la autoridad local que tenía él una requisitoria pendiente por la justicia, rechaza incluirlo en la lista de buscados a nivel internacional. El Estado peruano hace una insistencia con mayor fundamentación, porque primero se le dice que es un caso político e Interpol no persigue políticamente a nadie», aseveró.
«De ahí el Estado lo que hace es motivar y fundamentar e insistir que aparezca esta persona ahí, y la respuesta fue un rechazo en agosto de este año. Por tanto, no ha tenido una orden de Interpol. Si hubiese obtenido un sello de ingreso a Estados Unidos desde México, no habría sido objeto de deportación, ni expulsión», añadió el jurista.
Al dueño de la casa de Sarratea se le imputa el presunto delito de tráfico de influencias como parte de una organización criminal que habría sido dirigida por el expresidente Pedro Castillo. Y precisó que ahora le corresponde a la Cancillería peruana intentar que Sánchez Sánchez sea traído al Perú.
«Los cargos que se han sustentado en el caso de Sánchez Sánchez sí evidencian, desde mi perspectiva, la comisión del delito de tráfico de influencias dentro de una estructura criminal: las reuniones en la casa de Sarratea, los negocios de venta de productos al Estado, negociaciones con municipalidades como la de Anguía», mencionó.

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