¡EL MUNDO DEMOCRÁTICO CONDENA EL ATAQUE TERRORISTA A ISRAEL!
El sábado pasado en un ataque inesperado, sin precedentes, y con una crueldad que parece extraída de las peores páginas de la historia universal, Hamas, el grupo fundamentalista islámico que controla la Franja de Gaza, perpetró un ataque terrorista en contra de asentamientos civiles israelíes. El terror, la vesania y la inclemencia de los soldados de Hamas para con la población civil, sobre todo ancianos, mujeres y niños, dejó estupefacta a la comunidad internacional democrática.
Asesinan y secuestran niños, ancianos y mujeres de asentamientos civiles israelíes
Las tecnologías y las redes sociales permitieron captar imágenes en las que algunas mujeres eran vejadas y asesinadas, mientras se tomaban de rehenes a soldados, ancianos, mujeres y niños, con el objeto de canjearlos con presos de Hamas recluidos en las cárceles israelíes. El saldo inicial de la tragedia señalaba alrededor de 600 muertos, más de mil heridos y decenas de secuestrados entre los ciudadanos de Israel. La réplica del Estado de Israel no se hizo esperar: informes preliminares señalaban que los bombardeos de los cazas dejaban más de 400 muertos palestinos.
Una de las primeras conclusiones es que el Estado de Israel, uno de los estados más eficientes en las guerras modernas, se declaraba en estado de guerra, y todos los analistas señalaban que la Franja de Gaza, bajo control de Hamas, iba a ser reducida a escombros. ¿Qué había ganado el grupo terrorista de Hamas para el pueblo palestino, más allá de violencia, muerte y más pobreza? ¿Cómo quedaba la situación de los sectores palestinos, que pretendían conseguir interlocución diplomática internacional y avanzar a la constitución de un estado autónomo?
Antes de entrar a analizar las consecuencias de este acto terrorista en contra de la población civil de Israel, de esta brutalidad que compite con las peores atrocidades de la humanidad, debemos señalar que tales delitos de lesa humanidad deben convocar la condena unánime del mundo democrático. De ninguna manera debemos aceptar la posición cómoda de los sectores progresistas del planeta –e incluso de los sectores palestinos y árabes de buena voluntad– que se niegan a condenar la barbarie de Hamas arguyendo que en el área existe una violencia acumulada, un proceso de colonización y de barbarie desde décadas atrás, y que la vesania que todos hemos contemplado solo es “la respuesta que devuelven los palestinos”. Si ese fuese el criterio para condenar la barbarie humana, entonces, no quedarían países enteros e incluso continentes del mundo moderno, porque las relaciones entre muchos pueblos y sociedades han tenido una alta carga de violencia.
El principio de civilización, la defensa de los Derechos Humanos y el respeto al otro, al diferente, reclaman tratar de detener cualquier espiral de violencia. Y en este caso, la única manera de avanzar en ese sentido es condenar sin contemplaciones el terrorismo de Hamas. Para que el pueblo palestino avance en la paz y en sus derechos debe condenar, sin medias tintas, el ataque terrorista de Hamas.
No nos cabe la menor duda de que el único resultado para el pueblo palestino será más muertes, sufrimiento y, posiblemente, el retroceso y destrucción de todos los esfuerzos por alcanzar la paz. ¿Por qué? Todo indica que el estado de guerra del Estado de Israel, de una u otra manera, llevará al límite la retaliación frente al ataque terrorista.
En este contexto, emergen inevitables preguntas. ¿Hasta dónde llegará la contraofensiva israelí? ¿Acaso la respuesta no solo se desplegará en la Franja de Gaza, sino también frente al grupo terrorista Hezbolá en la frontera con Líbano? ¿Se pondrá en peligro los avances diplomáticos entre Arabia Saudita y el Estado de Israel? Y finalmente, ¿participará en el conflicto Irán, el país que parece mover los hilos de esta absurda escalada de la guerra en el Medio Oriente, a través del apoyo y el financiamiento a Hamas y Hezbolá?
TOMADO DE: El Montonero