El autor de esos infundios contra mí, debe salir del anonimato y no ser cobarde que lanza la piedra y esconde la cabeza como la avestruz
Con estupefacción leí dos sueltos, uno en un diario y el otro en una revista, en los que publicaron, de la mano del mismo mal informante, que el suscrito había sido el “lobista”, el “enlace” de la Embajada de Rusia, para invitar a los congresistas que viajaron a Moscú, a un encuentro “Rusia-América Latina”.
Ese datero cometió una bajeza al desinformarlos, con el único objeto de darles una falsa primicia, además de tratar de hacerme daño.
El autor de esos infundios contra mí, debe salir del anonimato y no ser cobarde que lanza la piedra y esconde la cabeza como la avestruz
Solo sueltan cobarde e irresponsablemente mi nombre, sin presentar ninguna prueba, como podría ser con quién conversé, en qué café u hotel me reuní, cuándo, etc. Porque no las hay.
De la nómina que viajó, no conozco a ninguno de los congresistas viajeros, de izquierda. Me considero una persona políticamente conservadora, así que menos podría recomendarlos, además que ni tengo esa potestad, ni soy tan amigo como para hacerlo.
Conozco al embajador ruso, sé de su parquedad al hablar, pero no tengo confianza con él.
Debo también mencionar, en honor a la verdad, que viajé a Rusia en junio pasado, invitado por el Foro Económico Internacional de San Petersburgo y mis escritos son de público conocimiento.
Incluso, debo confesar que, si hubiera tenido la potestad de recomendar viajes a Rusia, habría sugerido a personalidades políticas, académicas o periodísticas -todos derechistas- que tengan trascendencia política y más allá del 2026 y no a legisladores que en la siguiente elección serán cadáveres políticos y nunca más se sabrá de ellos.
El autor de esos infundios contra mí, debe salir del anonimato y no ser cobarde que lanza la piedra y esconde la cabeza como la avestruz.