SEGUNDA TEMPORADA DE PESCA Y REFORMAS PARA ENFRENTAR LA RECESIÓN

Se acaba de autorizar la segunda temporada de pesca que permitirá enfrentar las tendencias recesivas en la economía nacional. La segunda temporada posibilitará reactivar el empleo; sobre todo de los 18,000 tripulantes parados durante gran parte del año, que representan alrededor de S/ 63 millones mensuales en salarios. Asimismo, se activarán las adquisiciones a los proveedores en ciudades costeras como Chimbote, Chicama, el Callao, entre otras, que suman cerca de S/ 1,350 millones, de los cuales S/. 468 millones corresponden a Mypes del sector. Finalmente, vale señalar que la cuota de pesca asignada de 1.68 millones de toneladas representarán alrededor de US$ 1,000 millones en exportaciones de harina y aceite de pescado.

 

Acuicultura, nuevas especies y cambios normativos para mantener productividad

 

Vale señalar que la recesión de la economía nacional, que reconocen las calificadoras internacionales y que hoy se acepta en el Ejecutivo y en el Congreso, tiene entre sus causas principales la imposibilidad de desarrollar la primera temporada de pesca, por los eventos climáticos. Vale recordar que la industria pesquera suma alrededor del 1.5% del PBI nacional. De otro lado, el sector genera 250,000 puestos de trabajo y, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), por cada trabajo en el sector pesquero se generan otros tres en diversas actividades. En otras palabras, estamos hablando de alrededor de 700,000 empleos en el país.

La industria pesquera no solo genera empleo, circuitos de desarrollo económico y social en las ciudades pesqueras, no solo genera divisas para el país e impulsa el PBI, sino que también es una actividad sostenible y ejemplo mundial, gracias a la intensa labor científica y biológica del Instituto del Mar del Peruano (Imarpe) que, a través de sus cruceros de investigación preserva la biomasa marina. En los últimos diez años, por ejemplo, la biomasa de anchoveta –principal recurso para la elaboración de harina y aceite de pescado– se ha mantenido entre los 9 y 10 millones de toneladas métricas.

Sin embargo, el desarrollo del Fenómeno de El Niño y el calentamiento del mar demuestran que la industria pesquera es extremadamente sensible a los eventos climáticos. Por todas estas consideraciones, es hora de iniciar un amplio debate para desarrollar reformas que preserven la productividad del sector ante cambios climáticos como el actual, porque demasiados empleos, demasiadas familias, están en juego con la parálisis del sector. Es incuestionable que cualquier debate o cualquier reforma debe desarrollarse bajo la vigilancia y las recomendaciones científicas del Imarpe, el principal guardián de la biomasa pesquera del país.

Por ejemplo, se debería promover una agresiva inversión en acuicultura (granja de peces en ríos y en el mar) y se deberían estudiar otras especies que reemplacen a la anchoveta cuando los eventos climáticos cambien la situación y las posibilidades del principal recurso del sector. Por ejemplo, hay algunos estudios que señalan que la especie vinciguerria, algo más pequeña que la anchoveta, podría cumplir ese papel.

Por otro lado, es hora de revisar el criterio rígido que prohíbe pescar dentro de las 5 millas marinas desde la costa. Antes del Gobierno de Ollanta Humala la industria pesquera podía pescar desde las 3 millas y la biomasa marina, bajo la vigilancia y las investigaciones de Imarpe, se mantenía saludable, igual que en la actualidad. En la zona sur se llegaba a pescar alrededor de 800,000 toneladas. Hoy no se llega a las 20,000 toneladas, no obstante que Chile sigue manteniendo sus mismos niveles de pesca sobre la misma biomasa que comparte con nuestro país.

Como se aprecia con absoluta claridad, en el sector pesquero, el progresismo y los extremismos del radicalismo ecológico han convertido al Estado y las sobrerregulaciones en las principales murallas contra la productividad del sector, la creación de empleo y la lucha contra la pobreza.

TOMADO DE: https://elmontonero.pe/economia/segunda-temporada-de-pesca-y-reformas-para-enfrentar-la-recesion