las autoridades deben de darle calidad a los limeños, esa es su tarea y ese debe ser su meta para el transporte público.
Uno de los principales problemas que afecta la gran metrópoli limeña es el transporte público, el cual cada día hace que más limeños pierdan horas en estar estancados en telarañas de tráfico, precariedad en el servicio, exposición de peligros por la mala capacidad de los choferes, carencia de autoridad entre otros aspectos que podríamos mencionar, pero estos ya son conocidos por todos los limeños.
El drama del transporte público en Lima, data de muchos años atrás, en donde por décadas se han tratado de hacer reformas tras reformas sin poder llegar a solucionar el problema, una ciudad que se desarrolló sin planificación y sin visión de metrópoli.
Los sistemas de transporte público que se debieron construir hace 30 años atrás, se han empezado a construir hoy en día, sin embargo, al ritmo de la burocracia peruana existe un letargo, por lo que quizás demandarán mucho tiempo de ejecución.
Por lo que debemos de encontrar un plan para que los limeños tengan un transporte público de calidad, lamentablemente la Autoridad de Transporte para Lima y Callao en términos simples ATU, se ha visto inmerso en la ineficiencia de nuestro estado, en esta reflexión nos enfocaremos solo a nivel de su competencia en Lima Metropolitana.
¿Qué pasó con ATU?, uno de los patrones comunes que existen en nuestro estado, es la falta de criterio para el manejo de la cosa pública, y el sentido del principio de autoridad que dejó de existir hace algunos años en nuestro país, no hay competencias claras o mejor dicho las autoridades del transporte no tienen las cosas claras, porque entre colectivos, taxistas y rutas informales, estamos zambullidos en una crisis del transporte público, que podríamos decir con toda certeza, no ve la luz al final del túnel.
¿Hay algo que hacer? Mas allá del análisis negativo realizado, sobre la situación actual del transporte público que desborda y crea caos, debemos de señalar que es preciso crear un plan de emergencia, en el cual estén involucrados el ejecutivo (MTC y Organismos Reguladores), los gobiernos locales y el sector privado, elaborando este plan que converja y coalicione estrategias para mejorar el transporte público, debe considerar en primer lugar un mayor número de unidades de los corredores a través de concesiones, de renting u otros sistemas que permita aligerar la crisis que se está desbordando.
Reevaluar el programa de alternancia vehicular pico y placa, bajo una metodología más técnica; promover el uso de transporte menor como la bicicleta en tramos cortos, promover el teletrabajo para las empresas con sede en Lima y la educación virtual alternada para escolares y universitarios, todo con el objetivo de mejorar las condiciones de la transitabilidad de la ciudad.
Muchos expertos señalan que somos una ciudad que tiene una crisis moderada en el tema de transporte público, sin embargo, esa no es una excusa, las autoridades deben de darle calidad a los limeños, esa es su tarea y ese debe ser su meta para el transporte público.
