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DESDE ICA HASTA LA COMISIÓN DE LA CIDH, LA DEMOCRACIA PIERDE LA NARRATIVA

Los dirigentes del llamado Barrio Chino, en Ica, acaban de anunciar que bloquearán la Panamericana Sur entre el miércoles 15 de noviembre y el 7 de diciembre, luego de que algunos dirigentes de esta zona fueran liberados de la carcelería que padecieron, precisamente, por ejercer violencia. En la Cámara de Comercio de Ica se anunció que la violencia y los bloqueos podrían desabastecer a Lima y sumar US $74 millones en pérdidas para el turismo y la agroexportación.

 

Carreteras bloqueadas en Perú: situación de las vías hasta el 8 de febrero | Sociedad | La República

Dirigentes del Barrio Chino en Ica anuncian bloqueos de carreteras

En otras palabras, luego de las olas de violencia insurreccionales del verano pasado, que causaron las muertes lamentables de más de 60 peruanos, un grupo de violentistas le anuncia al país que está dispuesto a a volver a violar la Constitución, las leyes nacionales y a intentar quebrar el Estado de derecho con una medida de violencia que se prolongará hasta el aniversario del intento de Pedro Castillo de perpetrar un golpe de Estado.
¿Cómo es posible que semejante situación se presente luego de la violencia que padecimos todos los peruanos después del golpe de Castillo? A nuestro entender la única explicación es que los demócratas hemos perdido la narrativa frente a las estrategias que subyacen a los pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las oenegés de izquierda a nivel nacional e internacional. ¿Cuál es esa estrategia? Simple: que la violencia que ha causado más de 60 muertes es espontánea, legítima, y que se justifica por el desarrollo de la exclusión y de un modelo extractivista. Además, se dice que la manifestación de la población fue reprimida por la acción de las fuerzas de seguridad del Estado que violaron los derechos humanos utilizando una fuerza desproporcionada.
De alguna manera ese relato ha pasado porque todos hemos contemporizado con él o hemos sacado el cuerpo frente a la ofensiva comunista y progresista del sistema interamericano de derechos humanos y las oenegés de izquierda. Luego del golpe de Castillo, en el Perú se escenificó una clásica insurrección bolchevique que pretendía quebrar el Estado de derecho para instalar una constituyente, a semejanza de Bolivia, Chile y Ecuador. Con ese fin, milicias muy organizadas atacaron los aeropuertos del sur, desarrollaron abiertas operaciones militares en contra de decenas de comisarías y bloquearon las vías principales del país con el objeto de desabastecer a las ciudades. Incluso se pretendió cortar los servicios de energía de las ciudades sin mayor éxito.
¿Qué hubiese pasado si las fuerzas de seguridad no hacían el uso legítimo de la fuerza constitucional? Creemos que se habría destruido el aeropuerto de Puno, por ejemplo, y luego se habría avanzado sobre los aeropuertos de Arequipa, Ayacucho y, de alguna manera, el Perú se habría definido como una sociedad en guerra civil. ¿Qué hubiese pasado si las fuerzas de seguridad no hacían el uso legítimo de la fuerza pública para desbloquear las carreteras? Las milicias comunistas y radicales habrían desbastecido a las ciudades y ellas se habrían convertido en grupos paramilitares que pasaban a controlar el nuevo orden. En ese escenario, las masas urbanas desabastecidas habrían caído en la desesperación y habrían visto que “la constituyente es una posibilidad de pacificar”. Algo parecido sucedió en Chile.
En este contexto, los únicos e indiscutibles responsables de la muerte de más de 60 peruanos son las milicias radicales que atacaron aeropuertos y comisarías. Y los miembros de las fuerzas de seguridad –que la Comisión IDH pretende judicializar– son los únicos héroes que han salvado el Estado de derecho, las instituciones y la libertad en el Perú.
Es hora de que las fuerzas democráticas del país enfrenten sin medias tintas el discurso a favor de las fuerzas insurreccionales del verano pasado que desarrollan la Comisión IDH y las oenegés de izquierda, pretendiendo facilitar abiertamente la estrategia a favor de una constituyente. Las cosas son tan evidentes que hoy los dirigentes del Barrio Chino en Ica intentan, como se dice, volver a encender una chispa sin pradera.
Hoy la gente se movilizará abiertamente contra el radicalismo antisistema.
TOMADO DE: El Montonero

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