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DESMADRE

Escribe: Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

pusieron en evidencia, una vez más, los contubernios existentes, la mediocridad rampante y la corrupción  latente en el Congreso, así como la urgente necesidad de renovar el tejido político de nuestra Patria impregnado de oportunistas e ignorantes.

 

La definición de “desmadre” no es otra que la  de conducirse sin respeto ni medida. Y eso es exactamente lo que ocurrió hace algunos días en el Congreso de la República cuando se puso a debate la propuesta de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales para destituir e inhabilitar por 10 años a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) quienes de manera flagrante han violado la Constitución.
Luego del refrendo reglamentario por parte de la Comisión Permanente, se esperaba que las bancadas y banquitas de tránsfugas existentes en el Congreso votaran en forma coherente en el Pleno. A la inversa , lo que ocurrió  fue una nueva demostración de las razones por las cuales nuestro país requiere de un urgente adelanto de elecciones generales: el desmadre estuvo precedido por el anuncio de un vocero del partido de “plata como cancha” quien señaló que no estaba de acuerdo con destituir a todos los miembros de la JNJ, en una declaración que también sembró dudas sobre la validez constitucional del proceso  que se les venía siguiendo y que contradijo la opinión de  Lady Camones, quien preside la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales y pertenece al mismo partido denominado “Alianza para el Progreso”, cuyo pomposo título es copiado -sinónimo de plagio según su “dueño”- del programa que para América Latina lanzó hace seis décadas John Kennedy y cuyo primer Embajador fue un ilustre peruano, incapaz de  caer en la politiquería de bajo nivel que hoy caracteriza al Perú, don Manuel Seoane Corrales.
Los dimes  y diretes y flagrantes contradicciones que condujeron a la defenestración de Inés Tello -previamente de limpia trayectoria en el Poder Judicial- y de Aldo Vásquez, el lábil y tinterillesco  ex Ministro de Justicia de Humala, y a la exclusión de ese veredicto de sus  compañeros de junta, que también han violado la Constitución, pusieron en evidencia, una vez más, los contubernios existentes, la mediocridad rampante y la corrupción  latente en el Congreso, así como la urgente necesidad de renovar el tejido político de nuestra Patria impregnado de oportunistas e ignorantes.
La prestigiosa revista “The Economist”, en un extenso artículo sobre la corrupción en América Latina publicado hace algunos días, puso como  ejemplo de la misma en el Perú que “el Congreso del Perú va a votar sobre si remueve a miembros del cuerpo que selecciona fiscales y jueces, pese a que numerosos legisladores están actualmente bajo investigación por corrupción”.
Obviamente, esa afirmación tendenciosa recoge la realidad lamentable del Congreso peruano y soslaya la verguenza que personifican los transgresores constitucionales de la JNJ. Otra más, del largo brazo de los caviares.
Pero, como le dije a un prominente periodista iqueño, Gastón Medina, también indignado con lo ocurrido, debemos seguir  en la lucha para que nuestro Perú se libere de ambas lacras.
(*) Presidente de Perú Acción
     Presidente del Consejo por la Paz

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