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RELOJ NO MARQUES LAS HORAS

EDITORIAL

El Reloj de Arena - by Miguel Guillén

 

Como bien reza el dicho «no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague», que también podría traducirse como «el tiempo que marca el reloj, no tiene vuelta hacia atrás».

 

De alguna manera eso se puede aplicar a la situación política de la hora actual, en donde la vanidad en el uso de relojes de muy alto precio que, en algunos casos comportan el valor de una costosa joya, desde la cúspide del poder, ha complicado la situación política del país y la situación funcional de la señora presidente de la República.
El hecho de no haber dado -hasta ahora- una explicación verosímil, clara, concreta y tangible, por más de dos semanas, el hecho de haber ofrecido hacerlo muy pronto ante la Fiscalía, al tiempo de bypasear a esa misma Fiscalía al pedirle prórroga en el plazo para dar las explicaciones verosímiles del caso, y haber forzado, ella misma con sus propios hechos,  de alguna manera, el allanamiento -inédito en la historia de nuestro país- a la casa de un presidente de la República en funciones, con el ingreso forzoso por medio del derribo de la puerta, premunidos -fiscales y policías actuantes- de una autorización judicial en debida forma, ha complicado la existencia funcional en el corto plazo de la mismísima presidente.
Además, también, le ha complicado la vida al actual premier que, habiendo sido recientemente asignado, debe ir -por mandato constitucional- al Congreso de la República (CR) a exponer su plan de gobierno y, al mismo tiempo, pedirle la confianza forzosa para poder continuar constitucionalmente en el ejercicio del cargo.
Este procedimiento debidamente reglamentado, debería de ocurrir en el plazo que se vence indefectiblemente el miércoles 3 de abril, siendo que el subsiguiente viernes 5 la presidente debería comparecer en calidad de investigada ante el Ministerio Público para dar las debidas explicaciones verosímiles, las mismas que hasta ahora han sido tan esquivas -como un arcano- para una naturalmente ávida opinión pública.

 

 

Boluarte será fuertemente  zamaqueada en los próximos días y, que pese a que no se vaya a lograr la vacancia, le dejará como secuela, de alguna manera, el ala herida para continuar volando en las cumbres del poder,

 

Así las cosas, la situación política, de un momento a otro, ha dado un vuelco espectacular, hasta el punto de estarse hablando con cierto nivel de verosimilitud de ir hacia una nueva vacancia presidencial. No obstante, esto último no parece que pueda ser realidad, más allá de aquellos fúricos con sangre en el ojo por lo acontecido con Pedro Castillo en diciembre del 2022, debido a que en el Congreso  se requiere 87 votos para que esto prospere, y los Congresistas no parecen querer  transitar por allí, debido a que la declaratoria de vacancia también significaría “auto acortar” su mandato en casi un año, plazo en el cual el presidente -este si transitorio- que sería el presidente del propio Legislativo que se halle en funciones -no necesariamente el actual presidente de dicho foro, quien no goza de la aceptación ni de los congresistas ni de la ciudadanía- de manera que es probable que -como en el caso de Sagasati- se nombre a un nuevo presidente del Congreso, con la exclusiva finalidad de que sea investido como presidente transitorio por un año, plazo en el que tendría que convocar a elecciones generales, tanto congresales como presidenciales.
Entonces, todo parece indicar que la presidenta Boluarte será fuertemente  zamaqueada en los próximos días y, que pese a que no se vaya a lograr la vacancia, le dejará como secuela, de alguna manera, el ala herida para continuar volando en las cumbres del poder, comandando el país, al mismo tiempo que arrastrará el pasivo de los Rolex, una costosa coqueta vanidad absolutamente innecesaria y contradictoria, más aún en una lideresa de izquierda que siempre nos recuerda que proviene de las provincias pobres de la serranía del país, que permanente quiere dirigirse a esos pobres, a esos desposeídos, a esa clase emergente que no tiene acceso a todos los bienes y servicios que brinda el Estado, aquellos a los que se dirige en quechua o cantando falsías y, simultáneamente, comparece ante ellos llevando en la muñeca una joya -de las varias que parece poseer- de $ 19,000.- que, probablemente, muchos de sus ciudadanos oyentes jamás habrán ver en toda su vida, más que en una fotografía. Esa contradicción es la que la política cobra en deuda perentoria, y se tiene que pagar, o se pagará tarde o temprano, de manera cruda y fría.
Por lo demás, tampoco ha pasado desapercibido la clara alusión a un reciente expremier en su mensaje de este sábado de gloria, en el que ha dicho textualmente que ha trabajado con una persona, quien le consta que ha sido honrada y que ha resistido a los embates de los lobbies y las presiones del poder.  Se puede colegir, con facilidad esa persona con la que trabajo tan estrechamente, a la que le constaba los costosos adornos que portaba la coqueta muñeca de la primera mandataria de la nación, es quien habría dateado la información de los famosos Rolex y de los demás relojes de marca por los que parece tener una tan perdida como incomprensible afición.
Vamos a ver en los próximos días qué es lo que habrá de ocurrir. Va a haber en el Congreso una sesiones ciertamente movidas y hasta virulentas, pero la real politik no parece indicar que finalmente se llegue a la decisión terminal de la vacancia.  Y no por falta de ganas, sino porque no va a haber los 87 votos que les cercene a los congresistas un año de poder y que nos delante de modo intonso a una elecciones que ya están a la vista en los inicios del 2026.
Llegaremos, entonces, al 2026 maltrechos pero enhiestos, pálidos pero serenos, para el necesario recambio constitucional, porque además queda claro que un adelanto de elecciones generales implicaría regalarle el Congreso de la República a un buen sector de la izquierda, y, probablemente, poner en la apurada presidencia de la República a un nuevo émulo de “Castillo versión II”, justamente ahora que hay varios populistas o extremistas que ya asoman el escenario político con ganas de hacerse abruptamente del poder, sin que los sectores de centro lleguen a lograr un necesario y altamente aconsejable consenso; algo que la mayoritaria ciudadanía ya no está dispuesta a tolerar. (GUIK.PE)

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