Está claro que la cantidad irrisoria de S/ 125 al mes, que constituye una afrenta no solo para los pensionistas, sino para todos los peruanos,
“Protegemos a las personas adultas mayores de 65 años que carecen de condiciones básicas para su manutención y les entregamos una subvención económica de 250 soles cada 2 meses para que sus necesidades sean atendidas”.
Esta es la asombrosa declaración que aparece en el portal del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social definiendo lo que pretende ser el programa Pensión 65.
¿Puede una persona atender sus necesidades con 250 soles bimensuales, o sea, 125 soles al mes? Según el INEI, se requieren no 125 sino 446 soles mensuales, o sea, casi 4 veces más y el límite para establecer la pobreza extrema, de acuerdo a Naciones Unidas, anda en los US$ 2.50 diarios que equivalen al cambio actual a unos 280 soles al mes.
Pensión 65 o Burla 65 atiende a 800 mil personas mensualmente con un costo de 1,200 millones de soles al año. Según la Contraloría General de la República, los corruptos le roban al Estado peruano 25 mil millones de soles cada 12 meses.
Si se aumenta la “pensión” 65 a un sueldo mínimo de 1,025 soles mensuales, el costo adicional para el Estado sería de 7,200 millones de soles al año, cifra que representa 17,800 millones de soles menos que el monto que los ladrones le roban al Estado peruano todos los años. Si solo se incrementara a S/ 446 al mes –la cifra señalada por el INEI para sobrevivir– el mayor gasto anual –para mí, inversión– sería de alrededor de 3,081 millones de soles.
Está claro que la cantidad irrisoria de S/ 125 al mes, que constituye una afrenta no solo para los pensionistas, sino para todos los peruanos, puede ser ampliada sustancialmente en un escenario en el que, además, todos los años quedan en la caja fiscal unos 18 mil millones de soles del presupuesto de obras públicas no ejecutado y en cifras del Banco Central de Reserva del 2022 se pierden 16 mil millones de soles por obras mal ejecutadas.
Lo he dicho muchas veces, saben robar pero no saben gestionar quienes, de una u otra forma, ejercen el Poder en el Perú desde hace muchos años. Pero carecen también de un mínimo de sensibilidad y responsabilidad social, ya que se insiste mucho en el argumento de una inexistente falta de recursos mientras el robo consuetudinario no se frena en absoluto y el despilfarro de los recursos estatales se repite anualmente sin tregua ni pausa.
El planteamiento es claro: eliminar la corrupción, usar eficientemente los recursos del Estado y priorizar segmentos como el de los pensionistas de Burla 65 para que reciban de verdad una pensión concordante con sus necesidades.
(*) Presidente de Perú Acción Presidente del Consejo por la Paz