En una maniobra tendenciosa por implicar a Japón en el conflicto artificial sobre el Sáhara marroquí, y siguiendo las habituales tácticas mafiosas de falsificación de documentos y tarjetas de identidad, un miembro del grupo separatista “polisario” se infiltró a la sala en Tokio donde se celebraba la Reunión Ministerial Preparatoria de la Novena Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo Africano (TICAD9), evento programado para el 24 y 25 de agosto de 2024.
Perú debe saber quiénes son los países serios, creíbles y amigos que defienden la democracia y el respeto a los derechos humanos, y quiénes son los países mafiosos que respaldan a regímenes dictatoriales como Venezuela
Durante la jornada que comenzó, hoy, con una Reunión de Altos Funcionarios de Japón y los países africanos miembros de la ONU, algunos separatistas del polisario, portando insignias argelinas y utilizando identidades falsas, así como pasaportes argelinos, se presentaron como miembros de la delegación de este país.
Uno de ellos, apenas se sentó en la mesa de reuniones, extrajo, en un acto de matonismo, una pancarta con el nombre de la inexistente y ficticia “república saharaui”, que difiere de las oficiales dispuestas por los organizadores japoneses, y acto seguido la colocó secretamente sobre la mesa, lo que provocó un enérgico rechazo por parte de la delegación marroquí y numerosos asistentes. En un acto matonesco, un miembro de la delegación argelina agredió a un diplomático marroquí.
Es importante destacar que Japón, que no reconoce a la pretendida «rasd» ni mantiene relación alguna con esta entidad títere, no otorgó visas a los supuestos representantes de dicha entidad y rechazó rotundamente recibir cualquier documento de visa o viaje de ellos. Además, las invitaciones para la Reunión Ministerial y la Reunión de Altos Funcionarios de la TICAD9 fueron enviadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés exclusivamente a los países africanos miembros de la ONU.
Es de destacar que la ficticia “rasd” no ha sido invitada por Japón, el país anfitrión y organizador del evento, y que la pretendida entidad tampoco figura en la lista oficial de países participantes, y no estaba anticipada por el país organizador, como lo demostraban las placas en las salas de reunión.
Frente a estas maniobras mafiosas, Japón buscó aclarar la situación de forma solemne y oficial: el alto funcionario japonés que presidía la reunión enfatizó que su país no reconocía a la supuesta “rasd” subrayando que la cancillería japonesa solo envía invitaciones a los países reconocidos por la ONU.
Este acto ilegal de los separatistas, que al parecer fue debidamente coordinado de antemano, fue aprovechado por medios de comunicación argelinos y líderes separatistas para promocionar la presencia de «la entidad» como un «triunfo diplomático», intentando sortear la reciente decisión de la Unión Africana que prohíbe la participación de los países no miembros de la ONU en reuniones y cumbres de carácter internacional que implican a esta Organización africana con socios internacionales como Japón, Rusia y Corea.
Además, esta irrupción salvaje demuestra nuevamente que Argelia, al originar y mantener el conflicto regional sobre el Sáhara marroquí, no solo actúa como el principal promotor y creador de esta entidad ficticia, sino que también se afirma como el actor clave de este artificial diferendo, tal como lo reconoce el Consejo de Seguridad de la ONU.
Siguiendo las notables victorias de Marruecos, y con el respaldo internacional a su soberanía sobre las Provincias del Sur y al Plan de Autonomía, Argelia solo ha podido recurrir a engaños y maniobras ilegales para intentar dar visibilidad a su fallido proyecto separatista, el “polisario”.
Perú debe saber quiénes son los países serios, creíbles y amigos que defienden la democracia y el respeto a los derechos humanos, y quiénes son los países mafiosos que respaldan a regímenes dictatoriales como Venezuela y que están en las antípodas de la democracia con un régimen militar absolutista.
Se debe continuar fortaleciendo la relación con Marruecos.