(El Montonero).- La idea del desarrollo no puede estar desligada de un proyecto de minería moderna. De alguna manera nuestro país es uno en que gran parte de su superficie se levanta hacia la Cordillera de los Andes y, en las alturas, laderas y desiertos alrededor de esta cadena montañosa se repletan de yacimientos de minerales que nos convierten en un país minero. Hoy que el oro y el cobre trepan en precios ante la demanda mundial, la idea de una minería moderna se vuelve un asunto superlativo para el desarrollo nacional.
El corredor vial del sur bajo la amenaza de las actividades ilegales
En la provincia de Pataz en La Libertad la minería ilegal moviliza más de 600 volquetes diarios con mineral ilegal que se roba y asalta de las concesiones de empresas formales como Poderosa, Horizonte y Marsa. De una u otra manera la minería ilegal se alía con bandas criminales internacionales convocando a pandillas de pistoleros que han dejado 17 trabajadores muertos, 23 heridos y más de 15 torres de alta tensión derribadas. Ni el Estado de emergencia, ni las instituciones del sistema de justicia (Policía, Ministerio Público, Poder Judicial), ni las fuerzas armadas, ni el gobierno regional de La Libertad, parecen hacer nada frente al avance de la minería ilegal en la región. La ilegalidad lo corroe todo. Como todos sabemos, la minería ilegal en Pataz se organiza alrededor del oro. Una onza de este metal bordea los US$ 2,500 y todo indica que ante la crisis de las monedas de cambio el precio del oro seguirá al alza.
En el corredor vial del sur, área en donde se produce alrededor del 40% del cobre nacional, a inicios de este año comenzaron a multiplicarse las invasiones de mineros ilegales. En la actualidad la minería ilegal moviliza entre 100 y 150 volquetes con el mineral ilegal que se extrae de las concesiones de la minería moderna. Para entender la magnitud del problema vale señalar que, por ejemplo, la empresa minera Las Bambas moviliza en la actualidad 75 volquetes diarios y, en épocas mejores, llega a sumar 125 volquetes con las tolvas encapsuladas para transportar el mineral por el corredor vial del sur en camino hacia el puerto.
Es evidente que la minería ilegal en el corredor vial del sur se desarrolla alrededor del precio del cobre que, más allá de retrocesos parciales, seguirá al alza en las próximas dos décadas por la demanda de los autos eléctricos y de los equipos de energías renovables. Como todos sabemos, la libra del cobre ha llegado a sobrepasar los US$ 4.5.
Si bien en el corredor vial del sur los mineros ilegales todavía no se han aliado con las bandas del crimen organizado el desarrollo de la lógica ilegal, la voluntad de contravenir la Constitución, las leyes nacionales y la creación de zonas liberadas del Estado de derecho, tarde o temprano, llevará a una alianza entre la minería ilegal y las bandas criminales y pistoleros de toda laya.
¿Qué sucede si no detenemos el avance de la minería ilegal en Pataz y en el corredor vial del sur? El Perú habrá fracasado en hacer prevalecer el Estado de derecho en diversas regiones del país generando las condiciones para la inviabilidad de la sociedad. Un fenómeno desorganizador que se puede volver imparable porque el país es el segundo productor en América Latina y décimo a nivel mundial en oro, mientras que, en cobre, es el segundo productor mundial y tiene la tercera reserva planetaria del metal rojo.
Vale anotar que la minería ilegal no paga impuestos al fisco nacional y destruye el medio ambiente, los ríos y parques nacionales, utilizando el mercurio, por ejemplo. Igualmente, no crea empleo formal y desarrolla un viejo Oeste en cada localidad en donde se asienta: pistoleros, prostitución, trata de personas, drogas y otras actividades ilegales.
Por otro lado, el avance de la minería ilegal solo será posible si se destruye la minería moderna, porque las invasiones ilegales siempre se desarrollan sobre las concesiones de la minería moderna y se focalizan en las zonas exploradas –con reservas probadas– por las empresas formales. Por ejemplo, en Las Bambas, la minería ilegal se extiende en Pumamarca y Pamputa, localidades exploradas por la empresa concesionaria.
Advertidos entonces estamos: la minería ilegal destruirá nuestra viabilidad como sociedad.