Es tiempo de reconocer a la hispanidad como parte de nuestra identidad, solo de esta forma, tendremos sociedades reconciliadas y los riegos de autodestrucción disminuirán.
El pasado 12 de octubre se celebro el día de la hispanidad en los países que en algún momento fueron parte del reino de España, para muchos ciudadanos de nuestra América, la llegada de España más allá de los episodios grises, a significado los inicios de la construcción de nuestra identidad.
No podemos negar que, gracias a la llegada de los hispanos, pudimos formar pueblos con una diversidad cultural, el idioma, riqueza en obras arquitectónicas, valores, educación y la religión católica.
Toda esta herencia, ha sido insumo para que nuestros pueblos logren una identidad enriquecida por muchos elementos históricos también, que nos ha formado como una civilización con visión cosmopolita.
Es tiempo de reconocer también que el Perú, fue una extensión de España más allá de sus fronteras y que en nuestra tierra se forjaron grandes pensadores, y que a través de la absorción de las ideas se gestaron grandes mentes que aportaron a crear la nación posindependencia.
Con esto no quiero negar los excesos por parte de España, los cuales, si se cometieron contra las poblaciones americanas, sin embargo, hoy debemos de rescatar los aspectos positivos de esta etapa de la historia de nuestra región.
Hoy muchos de los gobiernos “socialistas” tratan de construir un discurso de odio, hacia una parte de la historia de América, porque para los comunistas el odio es el insumo más preciado para sus objetivos.
Y es que es cierto, nuestros estados han carecido de criterios para rescatar lo bueno de esta etapa de nuestra historia y formar a las generaciones actuales no con un mensaje de odio o de sometimiento, sino con un mensaje de conciliación y esto quizás hubiese creado sociedades con mayor grado de amor propio y menos complejos.
Sin embargo, nunca es tarde, hoy la globalización y la interdependencia entre las naciones, puede permitirnos cerrar grietas y acercarnos más ahora además de una historia en común, al comercio, al intercambio de ideas, a una cosmovisión que tenga como sentido el desarrollo a través de la integración cultural, económica e institucional.
Es tiempo de reconocer a la hispanidad como parte de nuestra identidad, solo de esta forma, tendremos sociedades reconciliadas y los riegos de autodestrucción disminuirán.