Boluarte tiene, entonces, la última oportunidad para tomar una gran decisión: convocar a las fuerzas armadas para que, con todo el respaldo legal y político tomen las acciones que sean necesarias para devolver la paz y tranquilidad al pueblo peruano
Cada vez más crítica la Inseguridad Ciudadana y más cerca el día de los comicios 2026. El tiempo se acorta y las esperanzas menguan con una insólita cantidad de candidatos propiciados, obviamente, por la izquierda y los caviares que pretenden con las irregularidades que logren en el proceso electoral, como ocurrió el 2021, obtener otro presidente tipo Pedro Castillo y su sucesora Dina Boluarte, adueñarse del poder, lograr la mayoría de curules en la bicameral y destruir lo poco de democracia que queda en el Perú. Destrozar nuestra nación y convertir al país en un Estado paria a favor del comunismo internacional del siglo XXI y sus intereses regionales y mundiales al servicio del nuevo orden internacional y de todo lo que promueven.
La migración abierta y desordenada sucedida en el país, producto de varios años de estropicio, ha permitido el ingreso de bandas delincuenciales extranjeras que pululan en todo el Perú ocasionando la inseguridad ciudadana que cada día crece más y más en las regiones más importantes del país, junto a las lacras nacionales ya conocidas. Y ahora, se suma a ello la alianza del narcotráfico y minería ilegal propiciando el terrorismo urbano y rural que tiene atemorizada a toda la nación con la gama de asesinatos, extorsión, secuestros y robos de toda índole que han implementado con un Poder Judicial que actúa a favor de ellos, aparentemente coludidos para enfrentar a las Fuerzas del Orden.
El pueblo peruano sabe que esta insostenible situación, afecta el sistema constitucional de derecho del país y reclama ya la participación de las Fuerzas Armadas para lo cual, la presidente de la República, como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y, en cumplimiento de su obligación constitucional de “Velar por el Orden Interno de la República” (artículo 118° inciso 4. de nuestra constitución) debe, o mejor aún, está en la obligación de recurrir a las Fuerzas Armadas, las mismas que deberán emitir su asesoramiento experto en temas de Seguridad Nacional interna y externa y pronunciarse ante el Jefe Supremo, que es la Presidente, sin que esto se considere la afectación al carácter “No deliberante” de las instituciones militares según el «artículo 169° de nuestra Constitución Política.
No obstante, debe admitirse que las FFAA, como instituciones de importancia trascendente para el país, deben ejercer la posibilidad de opinar sobre ciertas materias e, inclusive, de ilustrar las grandes decisiones nacionales, y qué puede ser más importante en este momento que tomar decisiones de Estado para recobrar la seguridad interna tan menoscabada, acudiendo a quienes han demostrado a lo largo de la historia republicana ser los que redimen la paz interna, “Nuestras fuerzas armadas, reserva moral del país”
Es por eso que, en la propia Constitución Política, previendo la posibilidad del peligro que la paz y la democracia puedan ser menoscabadas, ha establecido normas claras como lo es el artículo 38º de la Carta Magna que establece: “Todos los peruanos tienen el deber de honrar el Perú y de proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación”
Queda meridianamente claro que, cuando el artículo 38º dicta una norma que debe ser cumplida por todos los peruanos, se debe entender que la norma involucra, por supuesto, a todos los miembros de la Fuerza Armada que, sin lugar a duda, son peruanos.
La Presidente Boluarte tiene, entonces, la última oportunidad para tomar una gran decisión: convocar a las fuerzas armadas para que, con todo el respaldo legal y político tomen las acciones que sean necesarias para devolver la paz y tranquilidad al pueblo peruano haciendo lo que es su especialidad: recobrar el orden interno y sentar las bases para que las elecciones generales se desarrollen con normalidad y sin sobresaltos y resguardando, por supuesto, que la voluntad popular no sea torcida por los delincuentes de siempre, los comunistas y caviares.
Nuestras Fuerzas Armadas estarán prestas para actuar de la mejor manera para mantener una patria libre a presente y a futuro.
¡ELECCIONES LIBRES COMUNISMO Y TERRORISMO NUNCA MÁS EN EL PERÚ!