(BBC/ James Landale).– La insólita manera como JD Vance increpó a Volodymyr Zelensky en la Oficina Oval el viernes dejó claro que el vicepresidente estadounidense no tiene miedo de mostrarse como agresor defendiendo a su jefe, en lugar de servir como un modesto suplente político, como hicieron algunos de sus predecesores.
«Señor presidente, con todo respeto, creo que es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval para intentar litigar esto frente a los medios estadounidenses»
Fue Vance quien lideró el ataque a Zelensky antes de que Donald Trump se uniera a la pelea en la Casa Blanca, en una reunión que había sido cordial hasta que el vicepresidente habló para elogiar al presidente por buscar lo que describió como una solución diplomática a la guerra entre Ucrania y Rusia.
«¿De qué tipo de diplomacia, JD, estás hablando?»,preguntó Zelensky, quien ha criticado las conversaciones directas entre Washington y Moscú. «¿Qué quieres decir?».
«Estoy hablando del tipo de diplomacia que va a terminar con la destrucción de su país», respondió Vance, humillando al atónito líder ucraniano.
«Señor presidente, con todo respeto, creo que es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval para intentar litigar esto frente a los medios estadounidenses»,declaró Vance.
También acusó a Zelensky de haber hecho campaña a favor de los demócratas durante las elecciones presidenciales de 2024. El líder ucraniano visitó una fábrica de municiones en el estado clave de Pensilvania en septiembre pasado y se reunió con la rival de Trump, Kamala Harris, en la Casa Blanca.
La reprimenda de Vance a Zelensky generó un amplio apoyo entre los republicanos.
«Me sentí muy orgulloso de que JD Vance defendiera a nuestro país», afirmó el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, un halcón en política exterior, quien ha abogado por Ucrania desde hace mucho tiempo. Y sugirió que Zelensky debería renunciar.
El senador de Alabama Tommy Tuberville se refirió a Zelensky como «esa comadreja ucraniana».
El congresista Mike Lawler de Nueva York fue más mesurado y dijo que la reunión fue «una oportunidad perdida tanto para Estados Unidos como para Ucrania».
Vance acusó a Zelensky de haber hecho campaña a favor de los demócratas durante las elecciones presidenciales de 2024.
El sorprendente ataque de Vance a un jefe de estado visitante no es típico de un vicepresidente estadounidense.
El trabajo del vicepresidente es a menudo -pero no siempre- ayudar a que el presidente sea elegido y luego sentarse tranquilamente al lado de su jefe. Debe ser un lugarteniente leal que representa al presidente en viajes al exterior, y que se mantiene cerca de la presidencia.
El contraste con el primer vicepresidente de Trump, el mucho más apacible Mike Pence, no podría ser mayor.
Pero Vance -que es visto por muchos como el que sirve para articular la lógica detrás de los instintos viscerales de política exterior de Trump- se ha mostrado durante mucho tiempo abiertamente escéptico sobre la ayuda estadounidense a Ucrania.
Cuando se postuló para el Senado de Ohio en 2022, Vance dijo en un podcast: «Tengo que ser honesto con ustedes. Realmente no me importa lo que le pase a Ucrania de una manera u otra».
El vicepresidente se burló de Trump calificándolo de idiota hace ocho años, antes de una evolución política que lo llevó a convertirse en el heredero aparente del movimiento «Make America Great Again» (Hagamos a Estados Unidos grandioso otra vez) del presidente.
A pesar de la popularidad de Vance entre los votantes conservadores, Trump dijo recientemente en una entrevista con Fox News que era «demasiado pronto» para decir si el vicepresidente sería el siguiente en la fila para postularse a la presidencia en 2028.
Resuelto, Vance parece estar desarrollando el papel de peleón político de Trump, yendo incluso más allá que el presidente en su crítica abierta a los enemigos de la administración.
El denominador común es que muchas de las víctimas de las agresiones de Vance son aliados de Estados Unidos.
Todo empezó en la Conferencia de Seguridad de Múnich el mes pasado, una escala habitual para un vicepresidente estadounidense.
Pero Vance aprovechó la ocasión para lanzar un ataque despiadado contra el estado de la democracia europea, acusando a los líderes continentales de censurar la libertad de expresión y de no controlar la inmigración.
«Si huyes temeroso de tus propios votantes, Estados Unidos no puede hacer nada por ti», dijo.
La audiencia de políticos, generales y diplomáticos estaba horrorizada.
No se trataba del argumento habitual -y ahora ampliamente aceptado- de que Europa debería hacer más para financiar su propia defensa y seguridad.
Fue un ataque ideológico en toda regla, una señal de que Estados Unidos, bajo el mando de Trump, no sólo se está alejando de Europa y centrando el foco de su seguridad en China, sino que también está tratando de promover su propio populismo al estilo Trump en el continente europeo.
No en vano, después de su discurso, Vance cenó con los líderes del partido de ultraderecha alemán AfD.
Su discurso provocó revuelo entre los líderes, escritores y académicos europeos.
Pero Vance decidió enfrentarse a ellos en internet manteniendo intercambios detallados en X con varios, incluido el historiador Niall Ferguson.
Vance lo acusó de «basura moralista», «analfabetismo histórico» y, lo peor de todo, de ser un «globalista».
Y, por si eso no fuera suficiente, Vance incluso decidió atacar al primer ministro británico en la Oficina Oval a principios de esta semana.
Vance lanzó un ataque despiadado contra el estado de la democracia europea en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero
De la nada, le dijo a Keir Starmer que «ha habido violaciones a la libertad de expresión que en realidad no solo afectan a los británicos -por supuesto, lo que los británicos hagan en su propio país es asunto suyo- sino que también afectan a las empresas tecnológicas estadounidenses y, por extensión, a los ciudadanos estadounidenses».
El primer ministro respondió con firmeza, diciendo que «en relación con la libertad de expresión en Reino Unido, estoy muy orgulloso de nuestra historia allí… Hemos tenido durante mucho, mucho tiempo libertad de expresión en Reino Unido y durará mucho, mucho tiempo».
Esto fue un eco de la crítica que Vance hizo en Múnich, despotricando contra las regulaciones europeas sobre inteligencia artificial y plataformas de redes sociales.
El objetivo es enfrentar la desinformación y el discurso de odio que pueden fomentar los disturbios y radicalizar a las personas. Vance lo ve como una amenaza para sus compañeros de viaje políticos y los intereses comerciales de Estados Unidos, especialmente de las grandes empresas tecnológicas.
Esto plantea varias preguntas. ¿El ataque de Vance a Zelensky fue premeditado, como creen algunos diplomáticos?
Fuentes de la Casa Blanca dijeron a los periódicos estadounidenses que no lo fue.
¿El nuevo papel de Vance surge a instancias de Trump, compartiendo la carga con Elon Musk para repartir castigos a los opositores del presidente?
¿O es que Vance está trabajando por cuenta propia y ya está esbozando el rol que sentará la base de una campaña electoral dentro de tres años, cuando Trump no pueda volver a presentarse?
Cualesquiera que sean las respuestas a esas preguntas, Vance está emergiendo como algo más que sólo el número dos de Trump.
TOMADO DE: https://www.bbc.com/mundo/articles/c2d45xdywk1o