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OPINIÓN/ ¡La minería ilegal arrasará, principalmente, a los pequeños mineros!

(El Montonero).- Unos días atrás hubo un ataque de mineros ilegales aliados con el crimen organizado en contra de los pequeños mineros formales que desarrollan un trabajo permanente de colaboración con minera Poderosa, empresa que ha desarrollado cerca de tres centenares de contratos con mineros artesanales para explotar el mineral. El saldo del violento ataque criminal fue un minero artesanal muerto y varios heridos.

Hora de una alianza entre la gran minería y la artesanal para formalizar

El nuevo ataque del crimen organizado en la provincia de Pataz, en la región La Libertad, se produjo no obstante que continúa el estado de emergencia en la zona. De esta manera la minería ilegal volvió, como se dice, a zurrarse en el Ejecutivo, el gobierno regional, las entidades del sistema de justicia y la policía nacional (PNP). A pesar del Estado de emergencia, a pesar de que el Estado de derecho pretende focalizar todo su poder de coerción en la provincia de Pataz, la minería ilegal sigue haciendo de las suyas. Se calcula que el año pasado se movilizaron más de 12,000 camiones transportando el mineral robado a las concesiones de las empresas formales, que pagan impuestos y preservan el medio ambiente.

Más allá de la violencia en Pataz el último ataque deja en claro una regularidad en el avance de la minería ilegal: el sector que más sucumbirá ante la ola criminal es el pequeño minero y el minero artesanal. Si algunos sectores de la llamada pequeña minería o algunas plantas de beneficio –que procesan el mineral de los artesanales– creen que pueden convivir con la minería ilegal están profundamente equivocados. En Pataz, por ejemplo, los mineros ilegales previos suelen ser desplazados por las bandas criminales que comienzan a manejar directamente la producción. En ese camino, tarde o temprano, los pequeños mineros y las plantas de beneficio comenzarán a sufrir extorsiones y enfrentarán la disyuntiva de pagar o dejar la producción.

Un sector de la minería moderna en su lucha contra la minería ilegal ha priorizado la interdicción y la acción de las fuerzas del orden, dejando de lado una campaña de movilización nacional por la formalización. Grave error. En este escenario la minería ilegal se propone financiar a sectores políticos e influir en sectores del Legislativo. Es evidente que es extremadamente complicado que los políticos se embarquen en una lógica de interdicción al margen de una propuesta social de formalización meses antes de las elecciones generales.

En la medida de que el minero ilegal es el sujeto que viola los derechos de propiedad de una concesión en desarrollo, ya sea en fase de exploración o explotación, la minería moderna y formal es la más indicada para trazar una línea demarcatoria entre los mineros ilegales y los mineros artesanales. El que viola los derechos de propiedad establecidos en la Constitución y las leyes nacionales es un minero ilegal. El que produce sin autorizaciones ni las licencias otorgadas por el Estado es un informal.

Todos los peruanos de buena voluntad, entonces, debemos avanzar a formalizar a los mineros informales (pequeños y artesanales) estableciendo una alianza de mediano y largo plazo entre la gran, mediana y pequeña minería para el desarrollo nacional. En ese sentido, la posibilidad de aprobar una ley MAPE, para formalizar a las pequeñas unidades y los mineros artesanales, se convierte en asunto capital.

Sin embargo, los mineros informales deben distanciarse de los cantos de sirena de algunos sectores que pretenden seguir conviviendo con la minería ilegal y han comenzado a plantear la propuesta de “minería ancestral” para la nueva ley MAPE, una iniciativa que pretende colocar a los pequeños mineros al margen de la Constitución y las leyes y concederle un fuero especial. Es decir, una manera de seguir permitiendo la minería ilegal.

El concepto de minería ancestral es una verdadera locura que no debe pasar y que convertiría al nuevo proceso de formalización en letra muerta, tal como ha sucedido con la experiencia del Registro Integral de Formalización Minera del sector Energía y Minas en las últimas dos décadas.

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