La inteligencia emocional es fundamental en el mundo de los negocios. Ello, en la medida que ayuda a establecer relaciones positivas, mejora la comunicación, aumenta la motivación y el compromiso, y a logra un mayor rendimiento y productividad.
Así, la inteligencia emocional tanto en los líderes como en los colaboradores “juega un papel importante en la empresa, cuando se trata de procesar la frustración y el estrés, ya que un buen manejo de emociones y sentimientos negativos representa una ventaja en el desempeño laboral”, advierten los especialistas.
Al respecto, algunos expertos indican que las personas pueden aprender a identificar, comprender y manejar las emociones, mediante ciertas prácticas sencillas pero que tienen un impacto fuerte en la forma cómo pensamos. A continuación, algunas recomendaciones:
-Practique el silencio incómodo. Esto significa no responder de inmediato cuando alguien nos haga una pregunta desafiante.
“Seguir la regla del silencio incómodo implica hacer (por 5, 10 o hasta 15 segundos) una pausa para pensar detenidamente antes de responder. Esto nos permitirá controlar nuestras emociones y aliviar la presión”.
-Utilice el truco de tres segundos. Antes de decir algo pregúntese lo siguiente: ¿es necesario decirlo?, ¿esto necesita ser dicho por mí?, ¿es necesario decirlo ahora?
-Controle sus pensamientos. Recuerde que si bien es posible que no pueda evitar que una cierta emoción o sentimiento se precipite; sí puede controlar su reacción a ese sentimiento, esforzándote por dominar sus pensamientos.
-Escuche a los demás. Los expertos indican que es importante tener en cuenta que casi todos los comentarios son valiosos.
-Cuide que sus opiniones sean constructivas. Enfóquese en emitir contenidos positivos porque ello garantiza que las personas sigan haciendo las cosas bien.
-Muestre una genuina empatía. Resista siempre el impulso de juzgar a los demás y trate de ponerse siempre en su lugar.
-Siempre pida ayuda. Dele a los demás la oportunidad de asistirlo en las cosas que requiere y muéstrese siempre presto a ayudar a sus colaboradores.
LAS PREGUNTAS
Finalmente, los especialistas sostienen que para hacer una adecuada medición del grado de inteligencia emocional que tenemos, nos debemos hacer las siguientes preguntas:
1.- ¿Eres generalmente consciente de tus sentimientos y por qué te sientes así?
2.- ¿Eres consciente de tus limitaciones, así como de tus fortalezas personales?
3.- ¿Puedes manejar bien tus emociones angustiosas y recuperarte rápidamente cuando te enfadas o te estresas?
4.- ¿Mantienes tu enfoque en tus objetivos principales y conoces los pasos necesarios para llegar allí?
5.- ¿Puedes sentir los sentimientos de las personas con las que interactúas y entender su forma de ver las cosas?
6.- ¿Puedes guiar una conversación difícil hacia un acuerdo satisfactorio y ayudar a resolver conflictos?