ARÉVALO ASUMIÓ LA PRESIDENCIA DE GUATEMALA TRAS 12 HORAS DE RETRASO
Bernardo Arévalo asumió esta madrugada la presidencia de Guatemala en una ceremonia que se retrasó 12 horas debido a que el Congreso de ese país se vio envuelto en una disputa por las credenciales de los 160 nuevos diputados, hecho que demoró más de lo previsto su juramentación.
A esta situación se añadieron una serie de manifestaciones públicas realizadas en las afueras de la sede del Parlamento guatemalteco. Todo ello generó que la cancillería peruana emita (ayer) un comunicado de respaldo al presidente electo de Guatemala.
“Reunidos en la Ciudad de Guatemala para la toma de posesión presidencial, hacemos un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución en el día de hoy al presidente electo Bernardo Arévalo y a la vicepresidenta electa Karin Herrera”, indicó la cancillería a través de sus redes sociales.
LOGRA JURAR
Una vez solucionados los impases Arévalo asumió por fin la conducción de Guatemala en una sesión que solo contó con la presencia de algunos funcionarios internacionales, en la medida que las circunstancias previas a la asunción del mando presidencial, originaron que se retiraran del país el rey de España Felipe VI y el presidente de Chile, Gabriel Boric entre otros muchos invitados.
Luego de ello, desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de la capital, Arévalo pidió a los guatemaltecos acompañarlo en su gestión para rescatar las instituciones del país de la «corrupción» y lograr el desarrollo social en este empobrecido país centroamericano.
«Inician hoy cuatro años de un mandato que seguramente estará marcado por una serie de obstáculos, muchos de los cuales no podemos prever en este momento. Sabemos que el cambio puede ser difícil».
El presidente, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, dijo que su gobierno se centrará en la lucha contra la corrupción y la exclusión. Además, reiteró su compromiso de «transformar», no solo las instituciones del Estado, sino también la «realidad cotidiana» de los guatemaltecos. (Foto: Andina).