La declaración del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como ganador de las elecciones del domingo en su país generó cuestionamientos casi inmediatos de países del continente como Estados Unidos, Uruguay, Perú y Chile.
«¡Así no!», la victoria de Nicolás Maduro era «un secreto a voces. Iban a “ganar” sin perjuicio de los resultados reales».
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, expresó “serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad o los votos del pueblo venezolano”.
“Es fundamental que cada voto se cuente de forma justa y transparente, que los funcionarios electorales de inmediato compartan información con la oposición y los observadores independientes sin demora, y que las autoridades electorales publiquen una tabulación de los votos”, declaró Blinken desde Tokio.
Agregó que “la comunidad internacional está observando esto muy de cerca y responderá en consecuencia”.
La realización de elecciones libres y justas en Venezuela fue una condición de Washington para aliviar las sanciones económicas al país.
Maduro fue declarado ganador de los comicios por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, que le atribuyó 51,20% de los votos con 80% de las mesas escrutadas.
Esos resultados se anunciaron seis horas después del cierre oficial de los centros electorales y luego de que la oposición denunciara irregularidades en la transmisión de actas.
Edmundo González, el candidato de la coalición opositora que esperaba terminar con 25 años de gobiernos socialistas chavistas en Venezuela, obtuvo 44,2% de los votos según el CNE.
“Transparencia”
El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue el primer gobernante extranjero en expresar públicamente dudas sobre los números divulgados por el CNE.
“El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer”, sostuvo Boric, quien es de izquierda y crítico con su par venezolano, en su cuenta de X (antes Twitter).
“La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados”, añadió.
Sostuvo que Chile no reconocerá “ningún resultado que no sea verificable”.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, también aseguró en la misma red social que el proceso hasta el día de la elección y el del escrutinio «claramente estuvo viciado» y que «no se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y los mecanismos utilizados para llegar a él».
Según Pou, que iniciaba su menaje con un expresivo «¡Así no!», la victoria de Nicolás Maduro era «un secreto a voces. Iban a “ganar” sin perjuicio de los resultados reales».
Desde Colombia, cuyo gobierno es cercano a Venezuela, el canciller Luis Gilberto Murillo pidió «el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente», publicó en X.
El responsable de Exteriores colombiano señaló que la comunidad internacional y el pueblo venezolano «esperan que prevalezcan la transparencia y las garantías electorales para todos los sectores», y que es importante despejar cualquier duda sobre los resultados, lo que implica «que los observadores y veedores internacionales presenten sus conclusiones sobre el proceso».
Tras elogiar la «pacífica» jornada electoral del domingo, el gobierno brasileño dijo que estaba siguiendo de cerca el recuento de votos y que esperaba que las autoridades electorales publiquen los datos por mesa de votación para asegurar la credibilidad y legitimidad de los resultados.
La Unión Europea, a través de su Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó que «el pueblo venezolano votó sobre el futuro de su país de manera pacífica y masiva. Su voluntad debe ser respetada», escribió en la red social X.
Borrell también señaló que «es vital asegurar la total transparencia del proceso electoral, incluyendo el conteo detallado de los votos y el acceso a las actas de votación de mesas electorales».
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, señaló en un comunicado que su gobierno “repudia categóricamente la proclamación de Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, la cual consideramos fraudulenta».
“Trabajaremos con los gobiernos democráticos del continente y los organismos internacionales para lograr que se respete la voluntad sagrada del pueblo venezolano”, agregó Chaves.
El canciller de Perú, Javier González-Olaechea, condenó “en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela”.
“El Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano”, sostuvo el canciller a través de X y anunció el llamado a consultas del embajador de Lima en Caracas.
El jefe de la diplomacia panameña, Javier Martínez-Acha, también exigió respeto a la voluntad de los electores.
«En una elección lo importante no es solo que te declaren ganador, es mucho más importante tener la razón y los votos para la victoria. La voluntad del pueblo venezolano debe ser respetada”, afirmó Martínez-Acha en su cuenta oficial de la red social X.
Por su parte, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, anunció que solicitará al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) analizar el caso venezolano, el cual consideró como una prueba de que en la región «hay políticos que intentan aferrarse al poder y pretenden arrebatarle la paz a nuestros ciudadanos».
Desde España, entretanto, han pedido transparencia.
«Los venezolanos votaron ayer democráticamente de manera muy mayoritaria», ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, a la radio Cadena Ser.
«Nosotros queremos una total transparencia y por eso pedimos una publicación de las actas mesa por mesa», dijo el ministro, quien añadió que el gobierno español no tiene un candidato y que espera a lo largo del día tener «una información más clara y democrática».
El gobierno británico, por su parte, expresó preocupación por «las denuncias de graves irregularidades en el recuento y la declaración de los resultados de las elecciones presidenciales del domingo».
En similares términos se pronunciaron desde Italia, cuyas autoridades pusieron en entredicho los primeros cómputos ofrecidos por el CNE, organismo que está controlado por el chavismo.
“Tengo muchas dudas sobre el desarrollo regular de las elecciones en Venezuela. Solicitamos resultados verificables y acceso a las actas: ¿El resultado que anuncia la victoria de Maduro refleja realmente la voluntad del pueblo?”, escribió el ministro Antonio Tajani en un mensaje en sus redes sociales.
Minutos antes de conocerse los resultados, el presidente de Argentina, Javier Milei, llamó «dictador» a Maduro, le pidió que se fuera y aseguró que «Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular».