BARBARIE: HAMÁS DECAPITA A PADRES CON SUS BEBÉS EN KIBUTZ (Hay cientos de cuerpos)
Los soldados israelíes que han liberado el kibutz Kfar Asa tras los ataques de Hamás encontraron, ayer martes, una imagen terrible en el interior de las instalaciones. Cientos de cuerpos de residentes, bebés y militares israelíes yacían en los terrenos entre casas quemadas, muebles esparcidos y automóviles incendiados.
Esto no es una guerra. No es un campo de batalla: es una masacre. Ves a los bebés, a sus madres y sus padres, en las habitaciones y refugios donde trataron de ponerse a salvo… y cómo los terroristas los han matado
Fuerzas israelíes extraen los cadáveres de residentes israelíes de una casa destruida mientras continúan los combates entre las tropas israelíes y los militantes islamistas de Hamas
El kibutz de Kfar Aza está situado entre Netivot y Sderot, a unos cinco kilómetros al este de la franja de Gaza, en la zona más castigada por la embestida de Hamás. En 2021 tenía una población de 765 habitantes, aunque este dato tendrá que ser revisado después de lo vivido en las últimas jornadas.
El kibutz fue establecido en agosto de 1951 por inmigrantes y refugiados judíos de Egipto y de la ciudad marroquí de Tánger. Fue abandonado temporalmente en 1955, y dos años después renació.
El 7 de octubre de 2023, en plena acometida terrorista, periodistas de la agencia Ap presenciaron el secuestro de cuatro civiles del kibutz. Apenas un aperitivo del horror que se descubrió ayer martes, después de que el Ejército israelí retomara el control de la comuna agrícola: varios corresponsales internacionales de guerra, acompañados por miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) informaron de asesinatos en masa, revelando, estremecidos, el hallazgo de los cuerpos de varios bebés. Junto a los cadáveres, cunas volcadas y cochecitos abandonados.
Los periodistas desplazados a Kfar Aza comunicaron que la ofensiva de Hamás terminó con las vidas de «un centenar de personas» en esta comunidad. Uno de los oficiales del Ejército confirmó a una reportera de la televisión local i24 que entre los restos se hallaron «un gran número de bebés».
Apenas podía contener las lágrimas la periodista al tiempo que relataba la barbarie y recordaba las palabras del miembro de las IDF al describir el desolador decorado de este poblado que recordaba al de una distopía apocalíptica: «Esto no es una guerra. No es un campo de batalla: es una masacre. Ves a los bebés, a sus madres y sus padres, en las habitaciones y refugios donde trataron de ponerse a salvo… y cómo los terroristas los han matado. No es una guerra», declaró el general Itai Veruv mientras deambulaban en medio de las ruinas y el silencio.
Los efectivos de las IDF echaban mano de las bolsas negras para envolver los cadáveres, que terminaron llenando las calles de Kfar Aza. El ánimo de los que observaban la tragedia también se tiñó de negro.