Cuando faltan 11 días para que Nicolás Maduro asuma oficialmente un nuevo periodo presidencial pese a que varios países han desconocido su condición de jefe de Estado reelecto de Venezuela, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, reiteró el apoyo de su país con la necesidad que se cumpla la voluntad de los venezolanos expresadas en las urnas el pasado 28 de julio.
Así quedó establecido durante el diálogo sostenido ayer entre Blinken y los líderes de oposicón María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quien según las actas electorales escrutadas sería el ganador real de los comicios presidenciales del pasado 28 de julio.
En la conversación, el jefe de la diplomacia estadounidense dijo que la posición firme de los Estados Unidos es que “se haga cumplir la voluntad de los venezolanos, expresada en las urnas».
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo (en un comunicado) que durante el diálogo Blinken señaló que su país «está comprometido con una restauración pacífica de la democracia en Venezuela y la liberación de todos los presos políticos injustamente detenidos».
Las declaraciones del secretario de Estado se dan en momentos que en Maduro ha convocado al chavismo para que se movilice por las principales calles de Caracas y otras ciudades el próximo 10 de enero, fecha en la que tiene previsto jurar para un nuevo mandato consecutivo pese a los cuestionamientos de la comunidad internacional.
En un acto transmitido por el canal estatal VTV, Maduro dijo a mediados de diciembre que, junto con «millones de hombres y mujeres que estarán en las calles», acudirá a la Asamblea Nacional –controlada por el chavismo– para jurar el cargo de presidente para un tercer sexenio en el poder.
Maduro fue proclamado ganador de los comicios presidenciales del pasado 28 de julio por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con base en unos resultados que todavía se desconocen de manera desglosada, tras lo que la oposición mayoritaria denunció fraude.
Desde entonces, el país vive una crisis con cientos de venezolanos encarcelados solo por participar en las protestas, entre los que se incluyen varios menores de edad; y una serie de disposiciones para reprimir a las agrupaciones de oposición.